Un ex comandante del Ejército de Guatemala, condenado por encubrir su rol en la masacre de 250 hombres, mujeres y niños durante la guerra civil de ese país durante los trámites para obtener la ciudadanía estadounidense, fue sentenciado el lunes a 10 años en una prisión federal.
Los fiscales dicen que Jorge Sosa mintió a los funcionarios de inmigración sobre su participación en el genocidio de 1982 en el poblado agrícola de Dos Erres en Guatemala, que fue considerado como una de las peores atrocidades durante los 36 años de guerra civil en el país.
Debido a que los fiscales estadounidenses no tienen jurisdicción en Guatemala, no pueden acusar a Sosa, cuyo nombre completo es Jorge Vinicio Sosa Orantes, por los asesinatos.
Su ciudadanía estadounidense fue revocada en la condena y se espera que sea extraditado a Guatemala al final de su condena para enfrentar un juicio por crímenes de guerra.
"Jorge Sosa ayudó a orquestar la masacre de pobladores inocentes, entre ellos decenas de niños pequeños, y luego mintió sobre su pasado para obtener refugio en Estados Unidos", sostuvo la asistente interina del fiscal general Mythili Raman en un comunicado tras el dictamen.
"Este juicio demuestra nuestra convicción en negarle protección a los violadores de derechos humanos y asegurar que estos criminales sean juzgados", dijo Raman.
En octubre, un jurado de una corte federal en Riverside, California, halló culpable a Sosa de un cargo de dar falso testimonio durante un procedimiento inmigratorio y de obtener de manera ilegítima la ciudadanía estadounidense.
Según la acusación de un gran jurado federal entregada en septiembre del 2009, Sosa era comandante de una unidad de fuerzas especiales del Ejército guatemalteco conocida como los Kaibiles, que mató a casi todos los residentes de Dos Erres, golpeando en varias ocasiones a las víctimas con un mazo y luego lanzando los cuerpos a un pozo.
Muchas mujeres y niñas del poblado fueron violadas antes de ser asesinadas. Una investigación forense más de una década después de los hechos encontró 162 esqueletos al fondo del pozo, incluyendo 67 pertenecientes a niños menores de 12 años.
Los Kaibiles fueron enviados a Dos Erres para encontrar a miembros de una guerrilla que emboscó a una caravana militar en noviembre de ese año, matando soldados y capturando sus armas.
Sosa fue capturado en Canadá, hacia donde huyó tras la acusación, y fue extraditado a Estados Unidos.
Es el cuarto miembro de los Kaibiles que vive en el país y ha sido acusado, como parte de una campaña del centro de crímenes de guerra y violadores de derechos humanos del departamento de inmigración y aduana estadounidense.
En julio de 2011, Pedro Pimentel Ríos, de 54 años, fue deportado a Guatemala para ser juzgado por la masacre.
En septiembre de 2010, Gilberto Jordán, de 54 años, fue sentenciado a 120 meses en una cárcel federal y se le revocó la ciudadanía estadounidense, luego de que se declaró culpable de mentir a funcionarios de inmigración sobre su participación en la matanza.
En febrero del 2010, Santos López Alonzo fue arrestado por agentes de inmigración estadounidenses en Houston y acusado de reingresar ilegalmente al país tras ser deportado.