Una pequeña sorpresa. Y para nada desagradable. Este podría ser el calificativo que mejor describa la experiencia de manejo a bordo del Skoda Fabia RS.
Y es que a partir de su diseño, modesto y austero en sus formas, aunque se esfuerza por llamar la atención en su combinación de colores, carrocería y techo, o la configuración de sus rines y el bajo perfil de sus llantas, no alcanza a dimensionarse la capacidad y desarrollo que desde el interior de su tapa, en el motor, se esconden.
Tecnología dinámica
Y para llevar este carro a los niveles de manejo deportivo que entrega, los ingenieros de la casa checa, que hace parte del grupo Volkswagen desarrollaron un conjunto de motor y caja que permite un dinamismo de alto tono.
El RS está equipado con un motor de 1.400 centímetros cúbicos de desplazamiento en sus cilindros, que genera una potencia de 180 caballos de fuerza.
Y para poder llevar esa potencia en conexión con las llantas y el piso, Skoda echó mano de uno de los mejores elementos del grupo VW en el mundo: su caja DSG.
Esta es una caja de doble embrague (uno para los cambios pares y otro para los impares). La ventaja de este sistema es que permite que la trancisión entre las marchas sea muy rápida porque mientras está operando una, la siguiente ya se encuentra preenganchada y lista para entrar a operar una vez la caja automática determina la necesidad de ésta, o cuando, como en el caso de este modelo, en el manejo semi manual, se selecciona a través de las paletas ubicadas a los lados del volante (a la derecha para subir de marcha y a la izquierda para reducirlas.
Buenas sensaciones
Tanto en su modo automático, como en la modalidad de caja semimanual, el vehículo ofrece contundencia en su aceleración. Su arranque inicial es sólido, sin titubeos y obliga a un control decidido del piloto desde el volante del carro.
Un torque que en bajas revoluciones permite que la conducción se afiance sobre la ruta con la tranquilidad de tener “máquina para rato”.
El trabajo acoplado que desarrollan el propulsor instalado y su transmisión entrega unas recuperaciones rápidas, caídas mínimas en las revoluciones entre un cambio y otro, y un ritmo de marcha muy parejo a lo largo de los recorridos que se emprenden.
La deportividad está acentuada por una suspensión de configuración McPherson con triángulos inferiores y barra estabilizadora adelante y de eje multibrazo atrás, que ayudan a sostener bien la trayectoria del auto, además con una dirección que con algo de dureza, por su calidad de vehículo deportivo, ayuda a dirigir bien y encajar la carrocería en la trayectoria que se quiere llevar desde el habitáculo
El confort de marcha se afecta un poco por el perfil de sus llantas 195/55 en un rin de 15 pulgadas que reflejan con algo de dureza los baches e irregularidades que el vehículo encuentra en su tránsito por la ruta.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
