Las Farc carecen de legitimidad para exigir cambiar el modelo político y económico del país. A eso se suma el riesgo de que mandos medios y estructuras vinculadas a negocios lucrativos como el narcotráfico no se reinserten a la civilidad y se conviertan en bandas criminales.
Esas fueron dos de las conclusiones del exmagistrado, Carlos Gaviria y del dirigente político y exsecuestrado Sigifredo López , en el foro política, conflicto armado y mediaciones de paz organizado por la Universidad Eafit. Del conversatorio también participaron el excongresista Óscar Lizcano y el investigador del conflicto Gustavo Duncan .
El actual proceso de paz del Gobierno con las Farc fue el tema central y dejó ver las posturas sobre las dificultades, las amenazas y el debate en torno a los diálogos.
Gaviria, expresidente de la Corte Constitucional, aseguró "tengo más dudas que certezas" al debatir con los demás panelistas sobre la discusión de la agenda de negociación, caso del modelo agrario y el uso de la tierra en el país, que la guerrilla rechaza.
Considerado como un hombre de izquierda, sorprendió al insistir en que "las Farc no tienen la legitimidad para decirle a Colombia cuáles son sus necesidades y cómo debe ser un nuevo país (...) Si ellos creen que pueden construir un mejor país, que vengan a disputarse la soberanía de las ideas".
El excongresista Óscar Lizcano coincidió con los panelistas en su apoyo al proceso de paz entre el Gobierno y la guerrilla, y al mismo tiempo señaló que "es partidario de la participación de más sectores de la sociedad en la mesa de negociación". Entre estos citaron a los gremios, los partidos políticos, los estudiantes y en especial las víctimas.
Por su parte, el exdiputado Sigifredo López , quien permaneció siete años secuestrado y sobrevivió a la masacre de los diputados del Valle en 2007, habló en nombre de personas afectadas por la guerrilla: "Una mesa de negociación sin la participación de las víctimas está coja, nadie puede decirle a una víctima cómo reparársele o cómo perdonar".
Al analizar el problema del narcotráfico, otro de los temas de discusión de la agenda que se negociará en Cuba desde el 15 de noviembre, advirtió que luego de permanecer secuestrado vislumbra el riesgo de una "bacriminización" de la guerrilla.
A su juicio, los negociadores de las Farc que pertenecen a la cúpula "ideologizada" por el marxismo no tienen el control total sobre jefes de los frentes en las regiones, "los que hacen la guerra y que no van a renunciar tan fácil a todo el dinero que obtienen, por ejemplo, del narcotráfico".
Al final, todos coincidieron en que a pesar de las amenazas y dificultades del proceso de paz, se avecina una oportunidad histórica para acabar con el conflicto armado.
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