El deportista de alto riesgo austríaco Felix Baumgartner tocó tierra sano y salvo tras lanzarse desde la estratosfera, a más de 39.045 metros de altura, para convertirse en el primer ser humano en tratar de romper la velocidad del sonido en caída libre.
Los cálculos de la misión preven que lo consiguió en los primeros 40 segundos de caída libre, cuando aceleró en ese espacio de tiempo hasta 1.342 kilómetros por hora, según los datos de la misión.
Estos son datos preliminares que aún deberán de ser ratificados por expertos independientes y que sitúan su caída libre en una punta de velocidad de 373 metros por segundo.
Baumgartner logró controlar el descenso y evitar caer en barrena, lo que le podría haber llevado a perder la consciencia o sufrir una hemorragia cerebral en caso de girar de forma descontrolada.
La caída libre de Baumgartner fue de cuatro minutos y 19 segundos, por lo que no pudo romper el récord anterior, de cuatro minutos y 36 segundos.
En total requirió de por lo menos 16 minutos en tocar suelo en un aterrizaje perfecto en paracaídas tras lanzarse al vacío dentro de su traje presurizado, que le protegió de la baja presión y las bajas temperaturas.
El deportista declaró que durante los primeros momentos de la caída creyó que perdería la consciencia por la "violencia" de la caída y la velocidad del descenso.
"Durante unos segundos pensé que iba a perder el sentido", agregó en exclusiva en su primera entrevista a la televisión austríaca Servus, propiedad del patrocinador del proyecto, debido a la violencia de la caída por la velocidad de 1.173 kilómetros hora que alcanzó en los primeros 40 segundos.
"Estás bajo presión, no sientes el aire", declaró.
A pesar de esos momentos críticos Baumgartner no quiso abrir un paracaídas especial para estabilizar el descenso y afirmó que siempre supo lo qué estaba sucediendo durante la caída.
"Desde el punto de vista de la consciencia, siempre he sabido lo que sucedía", dijo.
"Ha sido muy difícil. Estás deshidratado, estás cansado. Ahí arriba es un mundo distinto, el cuerpo reacciona de forma diferente. Ha sido muy difícil, espero que hayamos superado la barrera (del sonido)", declaró.
"Ha sido más difícil de los que todos nos esperábamos", declaró.
"A veces tenemos que llegar muy alto para ver lo pequeños que somos", declaró el deportista hoy en una rueda de prensa al conocer su récord.
"Cuando uno está de pie en la cima del mundo, se es demasiado humilde como para pensar acerca de los récords", agregó.
Sobre si rompió la barrera del sonido, comentó "no he sentido ese golpe sónico, creo que pasa detrás de uno, estaba demasiado ocupado manteniendo el control. No tengo ni idea de si he volado a través de la barrera (del sonido)".
Baumgartner logró controlar el descenso y evitar caer en barrena, lo que le podría haber llevado a perder la consciencia o sufrir una hemorragia cerebral en caso de girar de forma descontrolada.
Ese récord sigue en posesión de quien ha supervisado el salto desde el control central: Joe Kittinger, de 84 años, que se arrojó en 1960 cuando era miembro de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos desde una altura de 31.333 metros.
"Joe se ha ganado que su récord siga después de 52 años", dijo el deportista con humor.
El salto
En condiciones normales, en la atmósfera terrestre la velocidad del sonido es de 1.234 kilómetros por hora, mientras que en la estratosfera se puede alcanzar con unos 1.110 kilómetros hora por la menor resistencia del aire, según la misión.
El aventurero austríaco, que se preparaba desde hace cinco años para esta misión, rompió de esta forma tres récords: ser el primero en superar la velocidad del sonido (más de 1.100 kilómetros por hora) sin ayuda mecánica; realizar el salto con paracaídas desde más altura y subir en globo al punto más alejado de la tierra.
Su principal asesor es el hasta la fecha poseedor del récord del salto en paracaídas desde mayor altitud: Joe Kittinger, de 84 años, que se arrojó en 1960 cuando era miembro de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos desde una altura de 31.333 metros.
La caída libre de Baumgartner fue de cuatro minutos y 20 segundos, por lo que no ha podido romper el récord anterior, de cuatro minutos y 36 segundos de Kittinger.
La velocidad de caída de Baumgartner será recogida por el instrumental que lleva en su traje presurizado y expertos independientes ratificarán si superó la velocidad del sonido.
El salto coincide con el 65 aniversario de la gesta del estadounidense Chuck Yeager, el primer piloto que rompió la barrera del sonido a bordo de un caza X-15.
"Queremos extender los límites de la humanidad un poco más", indicó Baumgartner horas antes de comenzar el desafío, arropado por su familia y amigos llegados desde Austria.
El globo tripulado es el más grande que se haya empleado jamás, y mide 180 metros de altura en una de las fases de la ascensión.
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