Como a un héroe, despidieron esta semana sus paisanos y compañeros de la Policía a Cristian Esnéider Vélez Vélez , quien fue asesinado por la guerrilla cuando acompañaba a erradicadores de cultivos ilícitos en Tumaco, Nariño.
Primero el parque principal, después el templo parroquial y luego la calle que conduce al cementerio, estuvieron colmadas de parroquianos tristes de todas las edades y de más de un centenar de policías de los departamentos de Antioquia y Caldas, a la cabeza de oficiales de la Policía Antinarcóticos.
Su muerte temprana, a los 19 años de edad, apagó el sueño de Cristian de realizar su carrera de oficial de la Policía, cuyo primer paso era prestar el servicio militar en la institución (que cumplía hace un año), con lo cual aseguraría la financiación de sus estudios.
Desde niño, Cristian mostró su interés de hacer parte de la Policía y perteneció al grupo de Patrulleritos, luego hizo parte del grupo juvenil, se sumó al cuerpo de bomberos voluntarios y perteneció a Recrearte, una organización de jóvenes que realiza actividades culturales y recreativas en el municipio.
Sus padres, Gustavo y Olga, no querían que se fuera por la situación de conflicto que vive el país, pero le respetaron y apoyaron su decisión, aunque hoy no saben cómo llenar la soledad que les dejó la partida trágica de su hijo único.
La Alcaldía y el cuerpo de bomberos expidieron resoluciones de duelo, en las que lamentaron el fallecimiento, valoraron las calidades cívicas de Cristian Esnéider y lo pusieron como ejemplo para los muchachos de su generación.
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