La Selección de Colombia no estuvo sola en el Atahualpa así la mancha tricolor haya sido local en su mayoría. El color de la camiseta hizo que no se distinguieran los hinchas, pero en Sur una bandera con el escudo delató el fervor de los cafeteros, que no se dejaron intimidar por la presión de los de la mitad del mundo, que al igual que su selección trataron de sacar ventaja al comienzo y se fueron callando con el paso del tiempo.
Identificados por las diferencias en el escudo y por coros distintos al "Ecuador, Ecuador, y "sí se puede, sí se puede", los colombianos fueron ganando espacio en las graderías cuando Luis Duque ingresó con un silleta gigante en la que un corazón de rosas y el mensaje "Colombia y Ecuador unidos por el fútbol".
El sol desapareció y una nube gigante, que después terminó en un fuerte aguacero, rodeó todo el estadio. Sin embargo, la baja de la temperatura no afectó la intensidad de los coros colombianos cuando el onceno que orienta Jorge Luis Pinto mostró argumentos para intentar ganar en Quito después de 12 años de sinsabores en la capital del vecino país.
"Colombia, Colombia" fue la consigna que lució tímida al comienzo, pero a medida que el equipo se acompló en el gramado y las acciones se tornaron difíciles para los locales, cogió fuerza y sirvió para que esos 4.000 aficionados que llegaron desde Bogotá, Cali, Bucaramanga, Manizales, Barranquilla, Cúcuta y Medellín que se hizo notar en Norte con una bandera que al lado de la silleta de corazones decía "Soy del Verde".
El agua apagó los ánimos de los anfriones y puso difícil la cancha, pero no evitó que los colombianos se salieron con la suya y que aquellos como Alejandro Giraldo, quien había pronosticado que "la Selección va a ganar 2-1", salieran felices por las avenidas 6 de Diciembre y Amazonas por haber acertado en el marcador y porque Colombia sigue avante en la eliminatoria.
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