No hay que desestimar, en ningún momento, la oferta del presidente del Club Deportivo Millonarios, relativa a renunciar a las estrellas ganadas cuando eran los narcos quienes mandaban en el fútbol y decidían sus resultados.
Dicha propuesta hay que enmarcarla en un debate de tipo ético, más que jurídico. Por eso, la respuesta del ministro del Interior, Fernando Carrillo, fue apropiada: no es un tema para salir a buscar si hay una ley que lo permita, sino que es un debate que hay que asumir sin descalificaciones a priori.
Si éticamente el Club Millonarios, sus dirigentes y accionistas, consideran que para ellos es más honroso contar únicamente con los títulos ganados en franca lid en los campos de juego, ese sería un gesto que les enaltece.
Los otros clubes deportivos que se consideren en la misma situación, podrán evaluar si siguen el mismo camino o no. Nadie va a obligarlos mediante acciones legales, pero sí habrá una mirada crítica sobre la actitud que tomen, y una valoración sobre los argumentos para aceptar o rechazar tal posibilidad.
Han dicho algunos que las estrellas no se pueden devolver, porque siempre tienen que quedar en cabeza de alguien. Pero eso parece una leguleyada. Si alguien compra los resultados de un examen antes de someterse a él, aprobará la nota, pero no adquirirá el conocimiento que presupone su estudio. Igual en el fútbol: juego limpio, y no mañas.