En un país con una economía que todavía no responde por los rezagos de la crisis inmobiliaria, que dejó a medio terminar muchos de los grandes proyectos arquitectónicos, Nueva York empieza a mostrar otro entorno con el auge del mercado inmobiliario de lujo en la gran manzana.
Inversionistas asiáticos, europeos y hasta latinoamericanos ven en el negocio inmobiliario de lujo un sector de grandes oportunidades.
Atrás quedó la secuela del 11-S porque ahora resurgieron proyectos de gran envergadura, específicamente, rascacielos que empiezan a escalar la ciudad para que en unos años sean el referente arquitectónico.
Nuevos edificios de lujo surgirán como referentes, en un marco ya reconocido y admirado en el mundo entero dado por el Empire State, la Torre Chrysler, Bank of Manhattan o el edificio norte de la Metropolitan Life. Esos nuevos nombres son Leonard Street, 432 Park Avenue, Hudson Yards, One 57, Tower Verre y Church Tower.
El mercado de lujo vuelve a arder, con torres residenciales exclusivas que serán las más altas de Manhattan. "Se están vendiendo bien, incluso dos años antes de que la obra esté terminada", dijo a este diario Emma Holifield, representante del proyecto 432 Park Avenue.
En estos proyectos se encuentran penthouses desde 100 millones de dólares.
Destaca Tower Verre, propuesta por Jean Nouvel inicialmente como una torre de cristal de la misma altura que el Empire State pero la ciudad de Nueva York ha obligado a recortar 61 metros de altura.
Aún así, varios críticos de arquitectura la han calificado como "uno de los proyectos más excitantes para la ciudad en esta generación".
Estará situado junto al edificio del MoMA y albergará en su interior galerías de arte, un hotel y apartamentos de lujo. Utilizará generadores eólicos y agua de lluvia como parte de su abastecimiento.
Como de valor especial también se destaca Church Tower, porque recupera el uso de la piedra en la fachada, por su énfasis residencial y, por supuesto, por su ubicación en el World Trade Center.
¿Piensa viajar a Nueva York? Siempre hará bien recorrer la Gran Manzana, pero qué atractivo será ir en 2020 con las nuevas obras cortando la vista.
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