El Gobierno y las Farc reanudaron este lunes los diálogos de paz en Cuba en su fase más optimista, después de que ambas partes reconocieron haber llegado en el ciclo anterior a un punto "sin precedentes" que arrojó los primeros acuerdos sobre tierras.
El equipo negociador del Gobierno, encabezado por el exvicepresidente Humberto de la Calle, partió el pasado domingo hacia La Habana, esta vez sin hacer una declaración previa, pues según afirmó una portavoz del proceso de paz, el país ya está enterado de los avances.
Antes de su partida, el presidente, Juan Manuel Santos, se reunió con esta delegación designada por su Ejecutivo en dos ocasiones, una el pasado sábado y otra el domingo, y les pidió que hagan lo posible por evitar que el conflicto armado se perpetúe y siga ampliando el drama de más de cinco millones de víctimas.
"Esta mañana y anoche estuve reunido con los negociadores que están conversando allá en La Habana para ver si podemos lograr que nunca más tengamos más víctimas del conflicto", indicó el presidente tras participar en la Carrera de los Héroes, en honor de los miembros de la fuerza pública heridos en servicio.
Santos identificó también como víctimas a los soldados y a los militares, puesto que "todos los días arriesgan o sacrifican sus vidas para proteger al resto de los colombianos" y llamó a la unidad para lograr el fin del conflicto.
"Ojalá lo logremos. Unidos podemos seguir todos juntos buscando una patria en paz, segura, con justicia social. Ese es nuestro propósito", afirmó el mandatario, quien corrió entre miles de uniformados, discapacitados y otros ciudadanos vestido con una camiseta verde y un pantalón corto negro.
La verdad, la justicia y la reparación de las víctimas hace parte de la hoja de ruta del proceso de paz, aunque todavía se desconoce cuándo será abordado.
Las Farc garantizaron en el anterior ciclo su disposición a hablar de las víctimas pero insistieron en que el Estado también tiene una responsabilidad en ese campo "por acción o por omisión".
En este sentido, el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) le pidió al Gobierno esta semana que reconozca a estas víctimas y que la mesa de La Habana cree una Comisión de la Verdad para esclarecer delitos de lesa humanidad.
Pero antes de pasar a hablar de víctimas, el Gobierno y las Farc tendrán que resolver el tema de la tierra, que es el primero de la agenda y el más complejo, pues es parte del origen del conflicto.
El pasado primero de marzo, cuando concluyó el anterior ciclo, De la Calle celebró haber pasado de los "acercamientos" a los "acuerdos" con las Farc sobre el tema de la tierra, aunque Luciano Marín Arango, alias "Iván Márquez", especificó que esos primeros cimientos de lo que será el acuerdo conjunto "se aproxima a unas cinco cuartillas".
Los avances se han producido en asuntos como el acceso y uso de la tierra, las parcelas improductivas, la formalización de la propiedad, la frontera agrícola y la protección de zonas de reserva.
En esta séptima etapa de conversaciones que inician este lunes afrontarán la ausencia del presidente venezolano, Hugo Chávez, fallecido el pasado martes, una ficha clave en el proceso que ambas partes han reconocido tras lograr que el Gobierno y la guerrilla se sentara a negociar en la misma mesa.
Asimismo, tanto el Gobierno como las Farc cuentan con la presión del Congreso, que tras la visita de seis legisladores a La Habana les instó a firmar la paz antes del próximo mes de julio porque las elecciones legislativas están programadas para el primer semestre de 2014, con el fin de tener tiempo de refrendar los acuerdos alcanzados.
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