El estancamiento en los esfuerzos de Grecia para alcanzar un acuerdo con sus acreedores y reestructurar su deuda, y la negativa de Gran Bretaña y la República Checa para firmar un tratado para detener el gasto excesivo, fueron los nuevos ingredientes que se agregaron a la difícil coyuntura económica de Europa.
Al término de la cumbre de líderes europeos, ayer en Bruselas, Bélgica, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy fue tajante: "Pedimos a las autoridades griegas y a la ' troika ', el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional, que acuerden los pasos para poner el programa en la buena dirección a finales de la semana".
Por su parte el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, recalcó que para restaurar la confianza sobre Grecia es necesario que todos los partidos políticos se comprometan a aplicar el programa de reformas, condición sine qua non para recibir el siguiente tramo de ayuda del plan de asistencia a Grecia.
El pasado mes de octubre, la Unión Europea acordó un nuevo rescate a Grecia de 130.000 millones de euros y una condonación voluntaria del 50 por ciento de su deuda (unos 100.000 millones de euros) por parte de la banca, pero el serio deterioro de la situación financiera del país hace pensar que podrían necesitarse fondos adicionales.
Barroso rehusó cifrar las nuevas necesidades griegas, aseguró que los líderes europeos solo mantuvieron una "breve conversación" sobre la cuestión y reiteró que la condonación de la deuda a Atenas es un caso "excepcional y único".
Freno al gasto excesivo
La reunión de Bruselas sirvió para que los países de la Unión Europea, excepto Gran Bretaña y la República Checa, firmaran un tratado para frenar el gasto excesivo y poner fin a la crisis de deuda soberana del bloque, a la vez que se comprometieron a estimular el crecimiento en toda la región.
El nuevo pacto, incluye estrictos frenos de deuda y dificulta la posibilidad de que los mayores causantes del déficit evadan sanciones.
La eurozona espera que el endurecimiento de reglas convenza a los inversionistas de que todos los países podrán controlar sus deudas y restaure la confianza en el euro.
Gran Bretaña de antemano había señalado en diciembre que no aceptaría el nuevo acuerdo, mientras la República Checa no lo firmó debido a problemas del procedimiento parlamentario.
La cumbre también prometió impulsar el crecimiento económico y crear empleos necesitados urgentemente en la región, a sabiendas de que el haberse enfocado exclusivamente en la austeridad ha generado dolorosos efectos secundarios.
Presión sobre la zona euro
Según analistas internacionales, Europa ya está bajo presión de Estados Unidos, China, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y algunos de sus propios miembros para que incremente el tamaño de la herramienta financiera del bloque para enfrentar la crisis.
Explicaron que la prima de riesgo de los bonos de gobiernos del sur de Europa subió mientras que, ayer, el euro y las acciones cayeron por las preocupaciones por la falta de un avance en las negociaciones de la deuda griega y por el sombrío panorama económico de la zona.
Otro reflejos de los temores es que la economía española se contrajo en el último trimestre del 2011, por primera vez en dos años, y se apresta a caer en recesión, mientras Francia recortó a la mitad su proyección de crecimiento en el 2012 a un 0,5 por ciento.
Además la posibilidad de que Portugal se convierta en la nueva Grecia, que necesite un segundo rescate para evitar una quiebra, tomó fuerza luego de que los bancos aumentaran el costo de asegurar los bonos soberanos contra la moratoria.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6