En el pasado Salón del Automóvil de Bogotá, la máxima atracción de la automotriz coreana Hyundai fue la nueva generación de su SUV Santafé.
Se trata ya de la tercera generación de este modelo, que fue presentada al mundo en el Salón del Automóvil de Nueva York, y antes de finalizar el año ya se encuentra en Colombia. Esto es reflejo de la importancia creciente, que adquiere el mercado nacional dentro del contexto de Latinoamérica, para Hyundai.
Cambios
El modelo cambia de manera importante en todos sus aspectos. Adopta, como es natural, la nueva tendencia, el nuevo lenguaje de diseño que la marca ha venido trazando.
En su capó registra pliegues más profundos y adopta la parrilla hexagonal que se ha convertido en característica de todos sus hermanos de marca.
De igual manera, los faros delanteros se amplían en la medida que su forma se desplaza hacia los laterales. El diseño de sus luces exploradoras, de forma angular, entregan una mayor condición de visibilidad en condiciones de poca luminosidad y además, al girar amplía también el ángulo de visión del conductor.
También se destacan unos pasos de rueda mucho más marcados en su forma, que hacen ver a la nueva Santafé más robusta y preparada para afrontar terrenos más complejos.
Por su parte, el conjunto óptico trasero está equipado con leds y su diseño le da un toque de mayor elegancia a la saga del vehículo. La versión probada, gracias al apoyo de Car Hyundai en Medellín, contaba también con techo panorámico.
En su interior, el conductor y los ocupantes encuentran un espacio bien diseñado, con amplitud tanto en piernas como la distancia de la cabeza al techo, y con un acceso fácil por parte de la gran mayoría de las personas.
Parte técnica
La unidad probada por El Colombiano en días recientes, estaba equipada con un motor de 2.400 centímetros cúbicos, que entrega una potencia de 173 caballos de fuerza a 6 mil revoluciones. El torque es de 23.1 kilogramos por metro en las 3.750 revoluciones. Y este propulsor trabaja en asocio con una caja de cambios automática de 6 marchas.
Su arrancada desde cero no es la más contundente y briosa que se pueda encontrar. Por lo menos, en la versión gasolina, hay que escarbar un poco el pedal derecho para encontrar el punto preciso. A partir de ese punto de arranque óptimo, cerca a las 3.500 vueltas de la máquina, el comportamiento ya es más alegre.
Un manejo adecuado, no debe dejarla caer de estas revoluciones para poder sacar provecho de los caballos que se encuentran alojados bajo la cubierta del compartimiento del motor, y vencer la sensación de una carrocería un poco pesada, que deja en un comienzo, por lo menos en esta versión probada.
La transición en sus marchas es un poco larga, especialmente las tres primeras, aunque con caídas no muy altas en las revoluciones entre un cambio y otro.
En velocidad crucero esta nueva Santafé ofrece una buena sensación de estabilidad. Al tomar curvas, el comportamiento de su carrocería es sólido, las inclinaciones normales y sin excesos. También en ruta recta se siente aplomado y firme en su rodaje.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6