El presidente de E.U., George W. Bush, visitó este jueves las zonas afectadas por las peores inundaciones de los últimos 15 años en el centro del país para supervisar los daños y demostrar lo aprendido tras la catástrofe del huracán Katrina.
"En la medida que podamos ayudar inmediatamente, queremos ayudar, y después planear la reconstrucción", afirmó el Presidente en una reunión con el gobernador de Iowa, Chet Culver; el alcalde de la localidad de Cedar Rapids, Kay Halloran, y funcionarios de los servicios de emergencia antes de recorrer el área afectada en helicóptero.
El Presidente también participó en una sesión informativa sobre el volumen de los daños, en la que se le mostraron imágenes de las zonas afectadas antes y después de las inundaciones.
Un Bush en mangas de camisa aseguró a las autoridades locales que se encontraba allí para "escuchar sus preocupaciones".
Cedar Rapids, una de las localidades más afectadas por las aguas en Iowa, quedó anegada cuando se desbordó el río Cedar, que sobrepasó seis metros el nivel de su cauce.
La visita de Bush a Iowa se produce apenas dos días después de su llegada de una gira por Europa, donde se encontraba cuando el río Misisipi comenzó a desbordarse.
Desde Europa, el presidente de Estados Unidos emitió varios comunicados en los que expresaba su preocupación por el desastre y su aliento a las víctimas.
Recuerdo del Katrina
Su actitud contrasta con lo sucedido tras la inundación de Nueva Orleans al paso del huracán Katrina en agosto de 2006.
Entonces, Bush, de vacaciones en Crawford (Texas), tardó dos días en regresar a Washington y fue muy criticado por limitarse a examinar los daños en un primer momento sólo desde su avión, el Air Force One.
Las peores inundaciones en el centro del país en los últimos quince años han empezado a remitir en el norte de Estados Unidos, pero continúan amenazando el cauce del río Misisipi a su paso por los estados de Illinois y Misuri.
George W. Bush visitó este jueves la región afectada, algo que también hace el candidato republicano a la Casa Blanca, John McCain. El aspirante demócrata, Barack Obama, ya lo hizo a principios de esta semana.
Más de 24 personas han muerto y cerca de 150 han resultado heridas en el desastre.
La ausencia de lluvias en los últimos días ha permitido que las aguas se retiren un tanto en Iowa, el norte de Illinois, Winsconsin e Indiana, estados más al norte donde comenzó el desastre, lo que permite empezar a evaluar unos daños que se teme se encuentren en los miles de millones de dólares.
El Servicio Meteorológico tan sólo prevé chubascos aislados para los próximos días en esas zonas, muy lejos de los casi treinta centímetros de lluvia caídos en algunos puntos cuando comenzaron las inundaciones a principios de este mes.
Miles de evacuados
Pero si al norte las aguas empiezan a ceder, más al sur, en los estados de Misuri y el sur de Illinois prosigue la alerta ante la llegada de las aguas desbordadas a esas zonas.
Voluntarios a lo largo del curso del río se han sumado a las operaciones para frenar con sacos terreros la subida de las aguas.
El Cuerpo de Ingenieros del Ejército, que opera las presas y las esclusas de los ríos de E.U., afirma que por lo menos 48 compuertas que protegen más de 115.000 hectáreas de cultivos se encuentran desbordadas o en gran riesgo de ceder.
Los residentes de la ciudad de Winfield, en Misuri, han sido instados a evacuar el área después de que cediera una de las compuertas que protegían la ciudad.
Un trayecto de casi 400 kilómetros a lo largo del río Misisipi se encuentra cortado al tráfico fluvial.
Las inundaciones causadas por las lluvias que hicieron desbordarse al río Misisipi en zonas de Iowa, Illinois y Misuri han dejado miles de millones de pérdidas, han obligado a la evacuación de decenas de miles de personas y han despertado los temores de una subida aún mayor de los precios de los alimentos en todo el mundo.
Las autoridades ya admiten que se trata de las peores inundaciones en la región en los últimos quince años.