El aspirante demócrata a la presidencia de Estados Unidos Barack Obama prometió este miércoles en Jerusalén un firme apoyo a Israel, describiendo al Estado judío como un milagro y manteniendo sólo una reunión de bajo perfil con líderes palestinos.
Obama, quien está buscando despejar la cautela entre algunos votantes judíos estadounidenses sobre su política hacia Israel, dijo en comentarios a periodistas que esperaba ayudar a llevar paz a Oriente Medio.
"Estoy aquí en este viaje para reafirmar la relación especial entre Israel y Estados Unidos, mi permanente compromiso con su seguridad, y mi esperanza de que pueda servir como un socio efectivo, ya sea como (...) senador o como presidente, para generar una paz más duradera en la región", explicó.
El senador de Illinois, reunido con el presidente israelí, Shimon Peres, describió a Israel como un "milagro que floreció" desde su fundación hace 60 años. Luciendo un solideo judío, luego colocó una corona de flores blancas en el museo conmemorativo del Holocausto Yad Vashem.
"Dejen que nuestros niños vengan aquí y conozcan esta historia, para que puedan sumar sus voces para proclamar "nunca más", escribió Obama en el libro de visitas del museo.
Obama se reunió con el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, y con el líder derechista de la oposición, Benjamin Netanyahu, y más tarde mantendrá conversaciones con la ministra de Relaciones Exteriores, Tzipi Livni, y el primer ministro, Ehud Olmert, que podría verse obligado a abandonar el cargo por una investigación sobre corrupción.
La agenda
Evitando un viaje de alto perfil a la ocupada Cisjordania que podría alejar a los votantes judíos, a los que necesita para lograr llegar a la Casa Blanca, Obama no efectuó declaraciones tras una reunión de una hora con el presidente Mahmoud Abbas y el primer ministro Salam Fayyad en Ramallah.
Asesores dijeron que más tarde daría a conocer un comunicado escrito. Cientos de oficiales de seguridad palestinos con cascos y rifles automáticos se formaban en las calles mientras Obama se dirigía a la ciudad desde Jerusalén.
Su convoy negro pasó por el elevado muro entre Israel y Cisjordania y asentamientos judíos en su ruta, testimonio de las cuestiones espinosas que han frustrado a generaciones de mediadores de paz.
El negociador palestino Saeb Erekat dijo más temprano que espera que Israel y los palestinos forjen un acuerdo para un Estado palestino para cuando el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, deje el cargo en enero.
Si no, agregó Erekat, los palestinos esperan que su sucesor "mantenga el rumbo para conseguir la paz" de manera "seria, expedita".
Obama consternó a los palestinos cuando el mes pasado dijo que Jerusalén debería ser la capital única de Israel, sin divisiones.
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