La hoja de coca fue la gran protagonista ayer, en las conversaciones entre gobernantes y representantes de las comunidades indígenas americanas.
El clamor fue general: por el valor ceremonial que los grupos le conceden a esta planta, se les hace necesario discutir una estrategia alterna a la militarización y erradicación de cultivos, que han servido como pilares a la guerra frontal promovida por el Gobierno de Estados Unidos contra el narcotráfico en el continente.
La IV Cumbre Indígena de las Américas sirvió como escenario para ese debate protagonizado por 250 líderes indígenas de 14 países del continente. Ellos alzaron la voz en nombre de los cerca de 50 millones de aborígenes que conforman las 400 comunidades que habitan diferentes puntos de la geografía americana.
En la mesa estuvieron también el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza ; el vicepresidente Angelino Garzón, y el ministro del Interior, Germán Vargas Lleras , quien resaltó la necesidad de aprobar el proyecto de Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas que se discute actualmente en la Organización de Estados Americanos.
No obstante, se presentaron desacuerdos sobre la petición de las poblaciones nativas que contempla que los proyectos que un Estado quiera emprender en su territorio deben ser consultados con la población que habita en él.
"Necesitamos que la explotación de los recursos no signifique la extinción de las comunidades indígenas, ni que en éstas aumenten la pobreza", aseguró a EL COLOMBIANO el peruano Miguel Palacín , representante de la Coordinadora Andina de las Naciones Unidas.
Acto seguido, el ministro Vargas Lleras señaló que el Gobierno del presidente Santos se ha caracterizado por mantener un diálogo fluido con las comunidades indígenas, pero reconoció que hay ciertos puntos en los que la Constitución no permite al Estado dar un paso atrás: "El conflicto colombiano no permite la imposición de vetos a la fuerza pública a lo largo de todo el territorio nacional".
La respuesta para el Ministro provino del Presidente de la Organización Nacional de Indígenas de Colombia (Onic) Luis Evelis Andrade , quien objetó que la discusión de los proyectos con los nativos no debe plantearse como un obstáculo sino como un derecho constitucional de los mismos.
"Normalmente se nos pide participar de estos espacios con música y danzas, y no se nos deja hablar de política. Pero nosotros sí hablamos de política, y exigimos que la consulta con las comunidades indígenas debe darse para la intervención militar en los estados indígenas", puntualizó el indígena.
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