Como orgullosa residente de la ciudad de Medellín, expongo mi inconformidad ante la indiferencia con la que se está manejando la estadía de habitantes de calle en las riberas del Río Medellín, donde todos los días estas personas dañan y generan inseguridad arrojando a las calles, andenes y al río basuras, ropa y todo lo que recogen para luego desechar. Son un foco de inseguridad, pues se ven consumiendo sustancias alucinógenas y alcohol. Esta misma situación se está haciendo común en la esquina de San Juan con la 65 al frente de Makro donde se habilitó una bodega para reciclaje, donde todos los días se ven los montones de basura y desechos así como habitantes de calle drogados y en situaciones muy desventajosas para la comunidad.
Es muy difícil entender cómo todos los días le invierten al saneamiento del río, valor que pagamos todos los ciudadanos a través de impuestos y demás, pero no intervienen con un contaminante directo y a la vista de todos. Todas estas personas se acomodaron a vivir en un espacio público que ya no se puede disfrutar. Cómo pretenden que siga con normalidad la ciclovía diurna y nocturna cuando estamos expuestos todo el tiempo a personas que nos intimidad y que nos pueden hacer daño.
Esto es un problema social creciente que debe ser intervenido, de lo contrario llegará a un punto que no podrán manejar, es una realidad a la vista de todos. Los invito a pararse al frente de La Macarena y observar la ribera del río, a pasar sobre el puente al frente de la Universidad de Antioquia que nos lleva hacia punto cero, a pasar de noche por la regional en sentido sur norte entre el Sena y el parque norte, a bajar por San Juan entre Makro y el puente de La Macarena…
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