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La excandidata presidencial Íngrid Betancourt defendió este jueves en Sídney el derecho de los colombianos a disentir y abogó por un cambio de mentalidad de todos los compatriotas respecto a la realidad del país.
"Creo en la oposición, en el diálogo, en la palabra y en el derecho a pensar", dijo Betancourt en el marco del Festival de Escritores de Sídney, donde dialogó sobre su cautiverio y su libro No hay silencio que no termine.
Betancourt, que estuvo secuestrada durante más de seis años por las Farc, señaló que existe una especie de "consenso" en el país que obliga a la gente a seguir una opinión sin cuestionarla.
"Necesitamos cambiar nuestros corazones", dijo y subrayó que ella "ama" y tiene una "relación pasional" con Colombia.
Sobre las críticas en contra
Betancourt no pudo evitar referirse a la acción de conciliación con el Estado , en la que aspiraba a un pago millonario como resarcimiento a su largo cautiverio, y la lluvia de críticas que la obligaron a desistir de continuar con dicha demanda.
Al ser preguntada sobre este espinoso asunto por el público, la excandidata presidencial dijo que nunca pensó que los colombianos fueran a reaccionar de esa manera.
"Es injusto y repugnante que en un país con tantas víctimas se criminalice a una de ellas, en este caso a mí", dijo en inglés Betancourt, galardonada en 2008 con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia.