Irán y Pakistán rubricaron este domingo un acuerdo por valor de 7.000 millones de dólares que permitirá a la República Islámica exportar gas natural a su vecino del este a partir del año 2015.
Según la televisión estatal, el pacto habilitará a Irán a vender un millón de metros cúbicos diarios de esta materia prima a Pakistán durante los próximos 25 años a través del denominado "oleoducto de la paz".
La tubería partirá del yacimiento iraní de South Pars, ubicado en la costa del golfo Pérsico, y llegará a territorio paquistaní a través de las provincias de Beluchistán y Sindh.
Una obra de ingeniería de más de mil kilómetros de longitud, de los cuales unos 900 ya han sido construidos, según datos proporcionados por la televisión iraní.
El proyecto tiene una segunda dimensión que podría llevarlo hasta la India, aunque este último Estado se ha mostrado en los últimos meses reticente a embarcarse en el plan.
En caso de que se desarrollara la idea original, Pakistán saldría beneficiado ya que el acuerdo firmado le autoriza a imponer una cuota de tránsito.
"Hoy es un día feliz. Tras décadas de negociación, hoy somos testigos de la concreción del acuerdo", dijo el viceministro iraní de Petróleo, Javad Ouji, a los periodistas tras la rúbrica del pacto.
El responsable iraní detalló que a partir de la próxima semana, ingenieros iraníes comenzarán a construir los kilómetros de oleoducto que faltan para unir la ciudad meridional de Iranshahr con la frontera.
El viceministro paquistaní de Energía, Kamran Lashari, señaló, por su parte, que Pakistán iniciará el estudio de viabilidad para la construcción de la sección de la tubería que le corresponde.
Islamabad calcula que tomará un año y luego se necesitarán tres más para llevar a cabo la obra, que unirá la frontera iraní y la localidad paquistaní de Nawabshah, alejadas unos 700 kilómetros, detalló Lashari.
El proyecto se entiende como crucial para Pakistán, que con él pretende poner fin a los problemas de suministro eléctrico que lastran al país.
Teherán, por su parte, da un impulso al proyecto de "South Pars", el yacimiento de gas natural más rico descubierto en los últimos treinta años.
Bajo su amplia superficie, que se extiende a lo largo del lecho marino del golfo Pérsico y que Irán comparte con Qatar, se halla, según los expertos, un ocho por ciento de las reservas probadas de gas del mundo.
Ello convierte a Irán en el segundo país más rico del mundo en reservas de gas, tras Rusia.
Su gran problema es, no obstante, que tiene una precaria industria petrolera y gasística, que necesita inversiones multimillonarias para poder modernizarse.