En las vías algunos motociclistas olvidan las normas de tránsito con tal de no esperar en un taco o adelantárseles a los carros. No es un hábito general de estos conductores, ni son los únicos infractores en las calles, como se evidencia en las cifras del año 2013, puesto que, de los comparendos registrados, el 30,3% corresponde a motociclistas.
Pero quienes infringen las reglas, se meten por las aceras o los separadores, se pasan los semáforos en rojo, hacen giros prohibidos y hasta se creen peatones. Como lo comenta el ciudadano Johnnatan Posada: "Lo que genera esas conductas es que a veces piensan que se montan en la moto y siguen siendo peatones".
Además, se justifican con el pretexto de que ahorran tiempo pero, también, arriesgan su integridad. Llevan a los niños sin ninguna protección y hasta con sobrecupo, es decir, exponen sus vidas. En otras ocasiones, bajan lomas empinadas con la moto apagada para guardarse algunos pesos de la gasolina.
Para lectores como Juan Escobar, el problema no es de los motociclistas sino de "la mediocridad de las autoridades para ejecutar la ley contra parrilleros. Por todos lados se ven, y hasta sin cascos en los barrios".
La Secretaría de Movilidad asegura que, además de sancionar a los conductores infractores, realiza campañas educativas de prevención mediante el Proyecto para la educación, la movilidad y la vida: "para el reconocimiento de señales de tránsito, el uso adecuado de implementos de seguridad y el cuidado de la vida en la vía". Igualmente, su estrategia de redes sociales hace énfasis en normatividad, pedagogía y conductas seguras de manejo.
Los clubes de motociclistas, como Moteros Colombia, expresan que no quieren cargar con el agua sucia de la movilidad y piden a las autoridades sentarse con ellos para que escuchen sus propuestas y crear políticas públicas para mejorar la cultura vial
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