El técnico Eduardo Lara lo había anunciado: "Malí no será fácil, porque se jugará su continuidad frente a nosotros". Y así fue, los africanos se batieron como verdaderos leones en la cancha de El Campín e hicieron figura al arquero Cristian Bonilla, así las palmas, al final, hayan sido para James Rodríguez al marcar el 2-0 en la agonía.
Como en el duelo pasado, Bonilla voló oportuno y evitó el gol de Malí en instantes clave del encuentro. Hubo muchos aplausos para el meta del Chicó.
Anoche no apareció una de las fortalezas de Colombia en el primer duelo. La salida por los costados con Santiago Arias y Héctor Quiñónez. No les dieron espacios y debieron preocuparse más por la marca.
Entre los centrales Jeison Murillo y Pedro Franco, el de mejor desempeño fue el bogotano por su oportunismo en los cierres.
La contención sigue siendo una línea para ajustar, pues Juan David Cabezas y Didier Murillo no se complementan bien. La gente de Malí entró fácil por el centro.
Michael Ortega entró bien, pero se apagó. No en vano fue sustituido. Esta vez no funcionó la lleve con Luis Fernando Muriel, que desentonó.
Valencia aportó el 1-0 e hizo una buena labor. Pegó en el momento oportuno para darle tranquilidad al equipo colombiano.
Y James Rodríguez, aunque diezmado por su lesión en la mano, de nuevo mostró su categoría y solito devolvió más tranquilos a los hinchas para la casa.
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