El cubano Mijaín López, la figura dominante de la lucha grecorromana desde hace cuatro años, derrotó este jueves a su rival de siempre para alzarse con la medalla de oro de la división de 120 kilogramos, y le dio a su país su primera presea dorada en lo que va de los Juegos Olímpicos de Pekín.
Salvo un año, López reinó como campeón mundial en su categoría desde los Juegos de Atenas 2004. Venció al ruso Khasan Baroev gracias a una maniobra que le valió cinco puntos en el primer asalto y luego ganó el segundo 1-1 en un desempate bajo el formato del mejor en tres episodios.
Baroev sólo consiguió un título mundial desde 2004, desplazado por López como el mejor luchador en la división de los superpesados. Los dos acapararon todos los títulos de la categoría en los últimos cinco años.
Las medallas de bronces fueron obtenidas por el lituano Mindaugas Mizgaitis y el armenio Yuri Patriekeev.
La derrota de Baroeve le impidió a Rusia quedarse con cuatro de las siete preseas doradas en grecorromana.