El colombiano Pablo Villar fue último de la semifinal de los 110 metros vallas de los Juegos de Pekín por culpa de una lesión en el aductor derecho que se hizo en el entrenamiento.
Pese al desgarro, el atleta decidió disputar la prueba "porque la guerra hay que pelearla, porque siempre se mantiene la esperanza", según confesó al término de la carrera.
Sin embargo, su tiempo de 13.85 no fue suficiente para que el colombiano lograra su sueño.
"He corrido con miedo de no lastimarme más. Estoy muy agradecido a Dios porque me haya dado la posibilidad de clasificarme para unos Juegos tras un año muy complicado por las lesiones", afirmó emocionado Villar.
"Pero estoy satisfecho porque me entregué a la causa de mi país", dijo.