Horas de tensión se vivieron ayer en el campo petrolero de Pacific Rubiales, ubicado en jurisdicción de Puerto Gaitán, Meta, cuando las protestas de los trabajadores de empresas contratistas causaron graves alteraciones del orden público.
Un muerto, tres trabajadores heridos, seis policías lesionados leves y seis camionetas quemadas es el balance de un día de disturbios en el campo petrolero, ubicado a 167 kilómetros de Puerto Gaitán. Durante los hechos, los manifestantes atacaron a los agentes del Esmad, se apoderaron de sus escudos de protección y dejaron seis policías golpeados.
Los hechos ocurren tras 29 días de paro por parte de los trabajadores que reclaman mejores condiciones laborales. Justo cuando se esperaba que fuera levantada la huelga, la situación se salió de control, los trabajadores ingresaron por la fuerza a las oficinas de la petrolera, en tanto que los empleados de la misma tuvieron que buscar refugio en una finca cercana.
De acuerdo con el presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo, Alejandro Martínez, uno de los contratistas de la petrolera murió por las heridas recibidas durante la protesta. Según versiones de prensa, se trata de Pablo Yanabe, miembro de la etnia mocu guarroj. Sin embargo, el coronel Juan Carlos Pinzón, comandante de la Policía del Meta, en declaraciones a este diario, desmintió anoche que hubiera personas muertas por los disturbios.
"Eso es falso, el indígena solo tiene una pequeña lesión en su cara", afirmó el oficial.
Anunció que el paro quedó levantado tras un acuerdo entre las partes y añadió que el toque de queda impuesto en el casco urbano de Puerto Gaitán quedaba levantado a partir de las seis de la mañana de este miércoles.
Alejandro Martínez explicó que trabajadores de empresas contratistas de las petroleras, con el apoyo de dos influyentes sindicatos, reclaman una reducción en los turnos de trabajo y mejoras en los sistemas de contratación, mientras que la población exige más inversión en construcción de carreteras.
El vicepresidente de la República, Angelino Garzón, había pedido previamente a los trabajadores de las empresas contratistas del campo petrolero de Pacific Rubiales que levantaran la protesta como condición para reanudar el diálogo.
Las recientes declaraciones del vicepresidente Garzón habían alentado la inconformidad por parte de los trabajadores.
"Aquí existe una actitud indolente, soberbia y prepotente de la empresa Montaje JM, que en lugar de sentarse a dialogar con los trabajadores quieren desconocer el legítimo derecho de estos a ser escuchados, a presentar peticiones y que estas sean negociadas", dijo Garzón el jueves pasado en Medellín.
Aunque al final de la tarde se reanudó el diálogo entre los representantes de la petrolera Pacific Rubiales y el presidente de la Unión Sindical Obrera (USO) y que anoche la protesta se levantó, el comandante del Ejército, general Alejandro Navas, y el director de Seguridad Ciudadana de la Policía, general José Roberto León Riaño, viajaron a Puerto Gaitán para asumir el control del orden público.
Con el propósito de contrarrestar mayores disturbios, 300 efectivos de la Policía y 110 del Ejército llegaron a Rubiales desde Villavicencio.
La situación se produce en momentos en que Colombia, el cuarto mayor productor latinoamericano de crudo, vive un auge en la industria petrolera por las mejores condiciones de seguridad y un aumento en su inversión extranjera directa destinada a ese sector.
Timoteo Romero, presidente en Meta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), dijo a AP que en el campo Rubiales trabajan unas 12.000 personas, pero no todas están sindicalizadas y que de momento se desconoce los términos salariales exactos que demandan.
Dijo que más que salarios, los trabajadores piden mejores condiciones, como contratos más estables. Explicó, por ejemplo, que algunos trabajadores laboran 28 días seguidos y van a casa por siete, en períodos laborales de tres meses. "Ningún trabajador puede mantener a su familia 12 meses trabajando solo tres", dijo Romero.
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