El fallo judicial determinó este jueves que uno de los detenidos más jóvenes en la prisión de Guantánamo está retenido ilegalmente y debe ser puesto en libertad.
Con todo, la orden de la magistrada Ellen Huvelle no pone fin al caso de Mohamed Jawad. El subsecretario de Justicia Ian Gershengorn dijo a la jueza que mientras Estados Unidos negocia la repatriación del detenido a su país natal, Afganistán, el Departamento de Justicia lleva a cabo una investigación penal.
Gershengorn dijo que el secretario de Justicia Eric Holder no ha decidido todavía si instruir de cargos a Jawad, a quien se acusa de haber arrojado una granada que hirió a dos soldados estadounidenses y a su intérprete en diciembre del 2002. Eso significa que es posible que pueda ser traído a Estados Unidos para someterlo a juicio penal.
Los detalles
Huvelle dijo que no tenía autoridad para impedir una acusación formal, pero aconsejó a los fiscales a pensar en los detalles del caso, incluyendo la competencia mental de Jawad para enfrentar juicio y el hecho de que ha estado preso seis años y medio.
"Después de esta horrible, larga y atormentada historia, espero que el gobierno logre devolverlo a su país", dijo. "Ya es suficiente lo que se le ha impuesto a este joven hasta ahora".
La jueza dio al gobierno tres semanas para cumplir los requisitos legales de informar al Congreso sobre cualquier riesgo para la seguridad nacional y acuerdos diplomáticos para la liberación de Jawad. Ordenó al gobierno informarle hacia el 24 de agosto y dijo que esperaba que para entonces aquél estuviese en un vuelo transatlántico.
Los abogados de Jawad dijeron que apenas tenía 12 años cuando fue arrestado en diciembre del 2002, aunque no hay registros de su nacimiento en un campamento de refugiados de Pakistán, de modo que su edad es incierta. El Pentágono dice que un examen óseo indica que Jawad tenía mayor edad, unos 17 años, cuando fue arrestado.
Sus defensores sostienen que sólo confesó haber arrojado la granada después que funcionarios afganos amenazaron matarlo a él y a su familia. Un juez militar aceptó que fue torturado y falló en octubre que la confesión no podía utilizarse en los tribunales militares en Guantánamo.
El Departamento de Justicia coincidió este mes en no usar ninguna de las declaraciones de Jawad durante interrogatorios de afganos o estadounidenses en el caso en un tribunal en Washington.
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