El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, dijo que es víctima de una campaña de difamación, después de ser liberado bajo fianza por acusaciones de violación y enviado a pasar la Navidad en una casa de campo inglesa.
El australiano de 39 años dijo que los controles que le aplican, que él describió como un "arresto domiciliario de alta tecnología", no detendrá la difusión de los secretos oficiales.
Una corte de Londres liberó el jueves a Assange, sobre una fianza de 200.000 libras (312.500 dólares), después de nueve días en la mayor cárcel de la capital británica. Suecia quiere extraditarlo para interrogarlo por supuestos delitos sexuales cometidos contra dos voluntarias de WikiLeaks.
"Esta ha sido una campaña de difamación muy exitosa y una muy equivocada", dijo Assange a la BBC después de llegar a la casa de campo en Suffolk, en el este de Inglaterra, donde pasará Navidad y Año Nuevo.
Agregó que esperaba más intentos de difamación de las autoridades suecas, pero no dio detalles.
El australiano dijo que sus opositores habían tomado las acusaciones en su contra para atacar WikiLeaks.
Assange dice que no desistirá de su trabajo
Como parte de sus condiciones de libertad bajo fianza, el australiano deberá permanecer en la casa del exoficial del Ejército británico Vaughan Smith, ubicada cerca de la ciudad de Norwich, a unas tres horas en carro desde Londres.
Smith dijo que su conexión a internet en la casa no es buena. Assange, quien debe reportarse a la policía diariamente, cumplir un toque de queda y utilizar una pulsera electrónica, dijo que las condiciones fueron "un grave impedimiento a mi trabajo", pero que no lo detendrían.
"Ahora que estoy de vuelta para asistir la dirección de nuestro barco, nuestro trabajo avanzará de una manera más rápida", comentó Assange.
Pero como hemos visto con mi ausencia, las cosas están bien organizadas aún sin mi involucramiento directo", afirmó.