Sin distingos de clase, ya sea amarilla, blanca, sola, acompañada o rellena, la arepa se coronó como el alimento más consumido por los medellinenses, seguida por el arroz.
Así lo confirma la investigación "Cultura alimentaria en la zona urbana de la ciudad de Medellín, en cuanto a las pautas, creencias y prácticas", que realizó la Facultad de Gastronomía y Cocina Profesional, de la Colegiatura Colombiana con su grupo de investigación Otro Sabor; y la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Antioquia, con su equipo de investigadores en Socioantropología de la Alimentación, durante 2009 y 2010.
Un trabajo extenso y de gran responsabilidad social, como anotó Javier Ignacio Hurtado, rector de la Colegiatura, que se irá socializando poco a poco, según explicó Ángela María Velásquez Valderrama, decana de la Facultad de Gastronomía.
La presentación de la primera parte develó, sin embargo, importantes cambios en el comportamiento alimenticio de los paisas.
El tema de la arepa, por ejemplo, presente en los hogares antioqueños sobre todo como un complemento alimenticio, pasó a ocupar un lugar predominante, reemplazando incluso la cena.
Los cambios en los ritmos de vida modernos, el efecto del discurso médico de las políticas públicas relacionadas con la alimentación, la globalización de productos, la escasez, las alternativas para satisfacer las necesidades básicas así como un interés creciente en la estética del cuerpo, son fenómenos que influyen en las elecciones a la hora de comer.
Más conciencia
El estudio deja en claro que las cantidades de comida tienden a reducirse especialmente en la cena, en la cual ha disminuido el consumo de proteínas y carbohidratos, señaló Claudia Mónica Zuleta, docente y una de las investigadoras de la U. de A.
Agregó que si bien se cuidan más las cantidades, la ingesta diaria está compuesta por siete momentos, así: tragos, desayuno, mediamañana, almuerzo, algo, comida y merienda.
"Contrario a lo que se acostumbraba antes, el desayuno no es el momento más importante hoy en día, sino el almuerzo", precisó Claudia Mónica Zuleta.
Casi tan importante como la arepa, el arroz se ubica en el segundo lugar de preferencias: el 85,9 por ciento lo consume a diario.
Los fríjoles, tan típicos en la alimentación antioqueña, hoy no son tan frecuentes. "No tanto porque ya no gusten, sino principalmente por los costos. El 56,5 por ciento los consume por gusto, el 29,8 por ciento por costumbre y 8,9 por ciento por salud y nutrición", indicó Claudia.
Por su parte, Luz María Arboleda, nutricionista, dietista y magíster en Salud Pública, quien también hizo parte de la investigación, señaló como un cambio importante los efectos de una influencia positiva de los sistemas de salud y nutrición. "Hoy la gente se preocupa por controlar el consumo de grasas, especialmente por los populares fritos y carnes gordas; por usar menos sal, que la consideran nociva por sus efectos sobre la presión arterial, y por tener una dieta más balanceada".
Tres grandes conclusiones salen de esta primera parte: el factor económico pesa más a la hora de comprar; le sigue en su orden la calidad y hay más conciencia en lo que se relaciona con la salud y la nutrición, dijeron las expertas.
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