La batuta del maestro Francisco Rettig se la regaló hace mucho tiempo un amigo diplomático que compraba batutas aunque no era director de orquesta. La elegió no sabe por qué, tiene "el mérito de no quebrarse" y tampoco sabe por qué no la cambia. Antes compraba muchas. Ahora anda con "esa cosa" con la que dirigirá la Filarmónica de Medellín.
El maestro Rettig es su nuevo director titular.
¿Por qué ser el maestro titular de la Filarmónica?
"Siempre he creído que tengo que estar haciendo algo en mi continente. Frente a eso hay una posición un poco americanista, no sé cómo llamarla. Después porque se dio la feliz coincidencia de que aquí hay un gran amigo, aunque sobre todo un gran concertino, Gonzalo Ospina. Él fue una de las primeras personas que me abrió la posibilidad de trabajar aquí. Posteriormente fue intención del gerente de la orquesta y, evidentemente, del maestro Alberto Correa".
Igual ya venía de director asociado hace un tiempo...
"Claro, en ese momento es cuando uno empieza a reconocer. Es un desenlace natural. Ya nos conocemos, ya los conozco y después de haber sido asociado, el maestro Correa fundamentalmente sugirió que yo era la persona indicada para seguir con la obra que él inició".
Es un gran cambio. El maestro Correa creó la orquesta y ha sido el único director...
"Cómo te parece... Lo que pasa es que hay personas como el maestro que le dedicaron una vida a una orquesta, con el propósito de consolidarla a futuro. Yo creo que cuando él empezó no se imaginó que para eso iba a necesitar 30 años. Todos los que estamos involucrados debemos tener, y creo que tenemos, un reconocimiento hacia su labor, que hoy permite tener una orquesta en la ciudad, que es fuente de trabajo para tanta gente".
¿Qué está pensando para la orquesta?
"Yo soy acuariano, bastante soñador, pero con los pies en la tierra. Tenemos la oportunidad en conjunto de desarrollar una orquesta que puede ser líder, no solamente del país, sino más a nivel suramericano. No soy solo el que lo hace. Es como un director técnico con jugadores que no funcionaran, dijéramos, y no es el caso, no. En una orquesta todos son importantes, pero hay puntales que son decisivos y aquí tenemos personas de un nivel extraordinario. Tenemos un primer oboe de lujo, una flautista clarinetista maravillosa. Hay unas partes brillantes".
Y eso es lo que a usted le interesa, la calidad...
"Claro, por supuesto. Nunca he hecho cosas mediocres en mi vida y no lo voy a hacer ahora".
¿Cómo ve el nivel de la orquesta en general?
"Lo que pasa es que no siempre un conglomerado de genialidades hace que un resultado total sea bueno. Aquí el caso es que tenemos a personas y creo que vamos por muy buen camino. Los siento a todos enormemente comprometidos".
¿Cómo le va con el público?
"Pienso que con el público hay que tener una reacción un poco más interactiva. El público de Medellín es muy receptivo, muy respetuoso. Toda la experiencia ha sido buena, pero las mejores han sido cuando puedo decir algo. Al público le gusta cuando uno le explica de qué se tratan las cosas. Aquí se ha escuchado con silencio sacrosanto obras que son difíciles de digerir".
¿Cómo es el maestro Rettig, según el maestro Rettig?
"Soy un artesano que trabajo siempre, que trato de sacar lo mejor de los materiales de otros. Ahora, complemento eso, porque es lo que considero yo, pero una persona que tiene un significado vital y que creo que modestamente me ilustra un poco más, es mi esposa. Ella compartía lo que decía un amigo, que yo soy un espíritu renacentista condenado a vivir en el siglo XXI".
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6