Tiger es el más admirado, pero Phil es el más querido. La gente se sorprende con Woods, pero quiere que gane Mickelson. Y hoy, el corazón de Augusta está alegre.
Phil Mickelson, el zurdo que pasó años sin conseguir un Major, que se retiró porque su esposa comenzó a luchar contra el cáncer, se quedó con la Chaqueta Verde tras ganar el masters de Augusta, en una demostración de buen golf y regularidad durante cuatro días.
Para Tiger, el genio de los golpes imposibles, el sueño de quedarse con el triunfo en su regreso a la actividad se hundió en una mediocre última ronda en Augusta.
El Tigre, que había quedado en el quinto lugar el sábado, finalizó en la cuarta casilla, empatado con el coreano K.J. Choi, a cinco golpes del ganador.
Su tarjeta de 69 golpes mejoró en el remate, pero nunca pudo colarse en el grupo de favoritos al título, que se decantó con el zurdo Mickelson, el inglés Lee Westwood y el estadounidense Anthony Kim.
Y fue Mickelson, quien también duró meses por fuera, pero acompañando a su esposa Amy a luchar contra el cáncer, el que finalmente reclamó la chaqueta tradicional de Augusta.
Sus números acumulados de 272 golpes, 15 por debajo del par de la cancha, fueron suficientes para poner a celebrar el hoyo 18 del campo del Augusta National.
El nuevo tricampeón del Masters sumó su cuarto título de Grand Slam -ganó el US PGA de 2007- y se coloca en la lista de los golfistas que más chaquetas verdes guardan en su armario (tres), a una de las que atesora Tiger.
Para Camilo Villegas, un día para olvidar. 77 golpes para un total de 294 impactos, que hicieron seis golpes por encima del par. Su casilla fue la 38.
Augusta está feliz porque Mickelson, el amigo de la gente, ganó la chaqueta. El genio, Tiger, tendrá que esperar su oportunidad.
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