Casi nadie esperaba sorpresas en la Convención Republicana que terminó este jueves en Tampa, Florida. Por lo menos no con Mitt Romney.
Estaba cantada su proclamación y la aceptación de la misma. Estaba cantado su discurso y el de su fórmula, Paul Ryan. Todo dentro del libreto.
No hubo promesas. Sí, muchos ataques. Obama fue el blanco de las críticas, pero al final salió fortalecido, porque los republicanos demostraron que están lejos de ofrecerles a los votantes un programa que los convenza de cambiar el rumbo. No por ahora.
Tal vez por eso, y no sólo por eso, todas las miradas y la atención se las llevaron el actor Clint Eastwood y la exsecretaria de Estado, Condoleezza Rice, quienes no estaban dentro del libreto o, por lo menos, se salieron de él. El ungido fue Romney, pero también el más opaco. Brilló más Obama, porque los republicanos hablan de él.
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