Fuerte parálisis hubo ayer en Argentina por cuenta de la huelga general convocada por tres grandes sindicatos (dos de ellos peronistas), y promovida por el líder del gremio de los camioneros, Hugo Moyano, antiguo aliado de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
Es la segunda huelga que la presidenta argentina afronta en su segundo mandato. Se paralizó el transporte y hubo piquetes en buena parte del país. Los sindicatos protestan porque el nivel de los salarios es muy bajo y el costo de vida sube cada vez más, aparte de que la inflación es muy alta.
En estos momentos varios sectores económicos negocian con sus propios sindicatos las alzas salariales, y por ello la huelga es un mecanismo de presión. Pero, ante todo, es un golpe político al régimen kirchnerista, que maneja una retórica y ejecuta una política que genera profunda desconfianza en los inversionistas.
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