Después de la reunión que sostuvo el presidente de la República, Juan Manuel Santos, con el Episcopado, los sacerdotes llegan a la conclusión de que el proceso de paz necesita una ayuda espiritual: la oración y la evangelización.
El cardenal de Colombia, monseñor Rubén Salazar, se comprometió con esa ayuda después de afirmar que el proceso tiene "dificultades serias, indudablemente, no es fácil que se llegue rápidamente a un acuerdo ente el Gobierno y unos grupos armados que durante 50 años han estado tratando de destruirse el uno al otro, pero hay que apoyar".
Según monseñor Roberto López, obispo de la diócesis Sonsón-Rionegro, el Presidente "está muy interesado en la colaboración del Episcopado, sobre todo en orar por la paz".
En la reunión, que tuvo lugar el jueves, el Episcopado conoció los planes de Gobierno y tuvo la oportunidad de preguntarle al Primer Mandatario sobre el proceso de paz, dijo a este diario el arzobispo de la Diócesis de Medellín, monseñor Ricardo Tobón.
"Respecto de los diálogos de paz la Iglesia siempre ha querido apoyar en lo que es posible, dentro de las circunstancias. Lo que tenemos que buscar es que estos diálogos sean productivos y se cancelen los intereses personales, es una insensatez que nos mantengamos en este conflicto, estamos matando a los hijos de Colombia por la insensatez de la guerra", dijo Monseñor Tobón, que también aseguró que no se ha contemplado —ni han recibido propuesta— de viajar a La Habana para visitar la mesa de diálogo.
Monseñor Roberto López resume el aporte que hará la Iglesia: "Orar, porque sin conversión del corazón no hay paz. La paz más que tarea nuestra es un don de Dios".
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