El modo como la prensa trata los temas económicos siempre ha sido una preocupación para muchos profesores universitarios y, en general, para los profesionales de la economía, quienes constantemente somos testigos de los lapsus cometidos por redactores económicos, los análisis superficiales y del uso indiscriminado del lenguaje hiperbólico que induce temor y pánico en los no-economistas e irritación en los economistas.
Esta inconformidad es detectada en los comentarios que los amigos hacen, algunas veces bromeando, pero otras tantas con una notoria y genuina confusión.
El tipo de cambio (el precio del dólar en pesos) es una cuestión que genera dudas permanentes en los no-economistas, pues no entienden porque algunas veces los periódicos titulan: "el dólar se desploma (frente al peso)" con un tipo de letra que induce a percibir el hecho como malo, pero otras veces el titular es: "el dólar se trepa", lo cual es visto como bueno (o malo, no está muy claro). Igual sucede con el precio de las viviendas: si sube es bueno, si baja es malo, lo que en la mente de los lectores es "casas costosas" muy bueno, pero "casas baratas", muy malo. La confusión es justificable.
También el "déficit en cuenta corriente" es percibido como malo. Pero nada comparado con la errónea percepción de que una "balanza comercial deficitaria" es una catástrofe, lo peor es que la mayoría de la gente lo cree y nadie les explica que no es así.
Un ejemplo más: el libre comercio es considerado desastroso, pero el proteccionismo es perfecto. Para finalizar, muy apropiado para esta época: altos salarios e interés bajo son excelentes, quién no lo cree, pero la inflación es mala (y empieza la diatriba contra el Dane o el Banco Central).
Aceptemos que los economistas somos un poco "culpables", pues nos hemos alejado del público con un mecanismo que funciona así: un lenguaje claro y preciso es considerado malo, pero muchas ecuaciones matemáticas, según algunos colegas, es muy bueno.
Esto, cómo no, es interpretado por la gente del común como: para los economistas la "descripción del mundo real" es malo y los "modelos plagados de supuestos" poco reales, son muy buenos.
La gente no entiende el mecanismo de funcionamiento de las relaciones económicas, en especial porque la economía, al menos lo básico, está completamente ausente de la mayoría de los proyectos educativos en los colegios.
Estimular desde la infancia el desarrollo de habilidades en análisis económico y financiero debe ser prioritario hoy que abunda la información y los índices económicos. De lo contrario, la gente seguirá creyendo que si el Gobierno gasta mucho es muy bueno. Es un buen momento para que los economistas profesionales (por fortuna no existen los Licenciados en Educación Económica) comiencen a formar parte del paisaje educativo en las instituciones de educación secundaria.
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