El regreso de Colombia a la Copa Mundo Fifa resultó histórico por su campaña, a pesar de la caída de ayer en cuartos de final a manos del anfitrión y pentacampeón, Brasil.
Pasaron 16 años de larga espera para volver a la cita y el conjunto nacional lo hizo con sobrados méritos, pues puso en su palmarés el mejor rendimiento en cinco participaciones mundialistas, desde 1962 en Chile.
Con los grandes no duele perder, más cuando Colombia cosechó elogios y fabricó múltiples alegrías con su fútbol en la edición 20 del Mundial.
La eliminación genera tristeza porque el país se había ilusionado, pero la caída 2-1 ante Brasil quedará como un tropezón que no empañará para nada la gran actuación.
Es cierto que esta vez los cerebros del equipo pensaron menos o lo hicieron tarde y por momentos se soltaron las marcas ante el rival que fue empujado por 55.000 torcedores. Sin embargo, lo hecho por este grupo de guerreros jamás se podrá borrar de la mente de los aficionados.
Porque así estuvieran con todo en contra, perdieran 2-0 a los 67 minutos con los goles de Thiago Silva y David Luiz, jugaran ante el siempre favorito, el que busca su primer título en casa y al que todos quieren ver en la final, los integrantes del combinado patrio lo pusieron en aprietos muchas veces. Con decir que Scolari parecía un loco pidiendo tiempo y sus pupilos reventando el balón.
Jugar los cuartos de final no estaba ni en los pronósticos de los clarividentes más importantes del país, y por eso ver al conjunto peleando con fútbol, temperamento, ganas, ilusión y personalidad el paso a la semifinal genera el mismo orgullo que si hubiera conseguido la victoria.
Porque esas lágrimas de James Rodríguez, consolado por David Luiz, Marcelo, Luiz Felipe Scolari y José Pekerman conmovieron en el estadio Castelao y demuestran la ambición de este grupo de jugadores.
Lección cumplida
"Estamos aprendiendo a competir entre los grandes y todo para nosotros es ganancia". Esa frase que repitió varias veces Pekerman aplicó ayer en Fortaleza, donde la Selección salió aplaudida por sus 5.000 acompañantes y los propios torcedores brasileños.
Así como resultó cierto que para llegar a las últimas instancias se requiere de la historia y jerarquía de Brasil, también es un hecho que gracias a esta histórica participación, en Colombia seguirán hablando del Mundial porque se fue con la frente en alto.
La gratitud del país es inmensa. La Selección unió a los colombianos y quedarán para la memoria los golazos de James, las gambetas de Juan Cuadrado, la gallardía de Mario Yepes, la seguridad de David Ospina y la unión de este colectivo. Las palabras del capitán Yepes resumen todo: "el respeto y la jerarquía que se ganó en este Mundial hay que mantenerlos, ya hicimos historia, pero a partir de mañana hay que pensar en el presente y en el futuro del fútbol colombiano".
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