La actividad minera en Antioquia es reconocida por su tradición, en especial la extracción del oro que se ha venido realizando desde épocas precolombinas.
Según las cuentas departamentales del Dane, el sector minero aporta 1,86 por ciento al PIB de Antioquia. Y es que la región antioqueña ocupa el primer lugar en producción de oro a nivel nacional, con una participación de 75 por ciento. En los últimos cincuenta años las subregiones del Nordeste y el Bajo Cauca produjeron más de 16 millones de onzas troy de oro, que equivalen a USD$13.800 millones.
Sin embargo, la cultura de la ilegalidad en Antioquia se configura como una problemática de amplias magnitudes que impide el desarrollo armónico en las subregiones, generando pobreza y desigualdad.
"La cultura por el desarrollo de la minería legal será el gran reto que desde esta administración asumiremos, potencializando la riqueza minera y las capacidades de los diferentes actores en los territorios, haciendo frente y confrontando la realidad social de las poblaciones, que hoy se ven amenazadas con la violencia, la corrupción, la desigualdad y la criminalidad", señala Claudia Cadavid, secretaria de Minas de Antioquia.
Según datos de la Secretaría de Minas del Departamento, se estima que existen aproximadamente 1.600 minas informales que operan a lo largo del territorio departamental.
En marcha la legalización
En cuanto a la minería informal y tradicional, la Gobernación implementó el proyecto de legalización y formalización minera, a través del cual se legalizarán en el cuatrienio 800 unidades productivas.
"En 2012 logramos que 50 unidades productivas (minería tradicional) sin título llegaran a acuerdos para su formalización, en los municipios de Zaragoza, Itagüí, Yalí, Remedios, Puerto Berrío, Valdivia, Buriticá, Santa Rosa de Osos, Girardota y Remedios; y para el año 2013 tenemos una ambiciosa meta de legalizar 310 unidades mineras adicionales", afirma Cadavid.
La Universidad Nacional realizó un convenio con la Gobernación de Antioquia y el Ministerio de Minas para realizar este proceso.
"Desarrollamos el año anterior con 25 unidades productivas un proceso que consistió en la identificación de las condiciones, medición, verificar que las coordenadas de estas minas sí eran las adecuadas, que los sitios donde están trabajando sí correspondían con estas coordenadas y mirar aquellos requisitos que tienen que corregir", explica Antonio Romero Hernández, director del Grupo de Investigación en la Gestión de la Economía Agrominera (Egnea) de la Universidad Nacional.
Para José Rubén Flórez Durán, gerente de Berajá Minera una de las ventajas de formalizarse es que se puede tener las cuentas claras ante el Gobierno en la parte tributaria y de impuestos, y se puede obtener crédito.
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