Ayer comenzó en Panamá la asamblea anual de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban) y de acuerdo con Fernando Pozo, presidente del gremio, será una cita vital para saber si a futuro se va a restringir el crédito por la crisis financiera.
Mil 200 ejecutivos bancarios de 44 países de América, Europa, Asia y Australia analizan la actual crisis y su efecto en la economía de la región.
En entrevista con EL COLOMBIANO, Pozo indicó que aunque la situación económica mundial es muy complicada, América Latina está en la actualidad mejor preparada para enfrentar este tipo de problemas que en momentos anteriores.
"Latinoamérica está con una posición muchísimo más fuerte que en el pasado. Hay niveles importantes de reservas. Las deudas son manejables, muy distintas a las del pasado. Los niveles de capitalización superan en 30 por ciento lo que se exige. Las carteras vencidas están bajas, a un nivel de 2 ó 3 por ciento.
La asamblea se da en medio de la desconfianza sobre el sector, ¿qué se espera de esta cita?
"Aquí se une toda la banca latinoamericana que aborda 19 países con la representación de los bancos más grandes, pequeños, medianos y pequeños del continente e interactúan con los bancos de E.U., Asia y Europa para buscar líneas y estimas de negocios entre todos los bancos. A través de esta interacción se podrá definir cuál es la real apertura de las líneas de financiamiento hacia la región. Con estos datos se puede plantear o replantear los niveles de financiamiento con los que contamos".
¿Cómo está recibiendo la banca de América Latina la crisis financiera global?
"Dada la agresividad de esta crisis, que afecta a Estados Unidos, Asia y Europa nos toma en una situación muy robusta. Los patrimonios de todos los países superan los niveles de las Superintendencias de cada país. Hay niveles de liquidez altos, la cartera está en un nivel bajo. Al tiempo tienen altos niveles de provisión. Si a eso sumamos el hecho de que los fundamentales de las economías están muy fuertes, vemos que no es solo un buen sistema financiero, sino una buena macroeconomía. Sabemos que van a venir afectaciones, nos toma en muy buen nivel. Pero hay que ser cautelosos".
¿Y cuáles serán esas afectaciones?
"Puede venir bajo algunos temas. El hecho de que se cierren líneas de crédito del exterior necesariamente va a generar el que bajen las fuentes financiamiento hacia América Latina. Eso va a obligar a que la banca sea más cauta. Los bancos centrales y las superintendencias deberán actuar de forma coordinada para que no se afecte la liquidez. La caída de la actividad económica mundial va a afectar la caída de los precios de los productos que exporta América Latina. Eso generará menos dinero para la región. El tema de las remesas es otro asunto preocupante. Eso nos va a obligar a políticas anticíclicas".
¿Hay algún país donde el sistema financiero esté en riesgo?
"Vemos que no. Los sistemas financieros están sólidos y líquidos. Parece que el nerviosismo y la desconfianza en Estados Unidos está disminuyendo y eso nos ayudará mucho".
En Colombia se habla de aumentar las provisiones de los bancos ahora que están bien financieramente. ¿Es posible que en todos los países se haga?
"Me parece una decisión muy acertada y esa precisamente debe ser la política a tomar. Es sano fortalecer las provisiones. En estos momentos hay que ser cautos en los financiamientos de crédito. Latinoamérica tiene un sistema de banca universal muy fuerte y por eso estamos lejos de lo que ocurrió en Estados Unidos. Además se ha aprendido de las crisis que ha tenido la región en los últimos años. La banca y el regulador aprendieron la lección para que estemos más aislados de lo que está pasando afuera. Esperemos que la dinámica de mayor confianza se recupere. La moraleja a todo esto es que la mejor solución a una crisis es evitar que se presente".
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