Lamentable fue la intervención del presidente Juan Manuel Santos en la Conferencia Internacional de Apoyo a la Estrategia de Seguridad de Centroamérica, que sesionó en Ciudad de Guatemala, y que reunió a un selecto auditorio de jefes de Estado, cancilleres y altos dignatarios europeos y del Departamento de Estado de E.U.
Fue en extremo arriesgada la apuesta de Santos, una de las pocas personas de este país educada casi que exclusivamente para un futuro presidencial, que lo logró. Frente a un tema tan espinoso como el del narcotráfico, su intervención debió ser de absoluto decoro, inteligencia, delicadeza y cortesía diplomática.
"Yo les aseguro -y perdónenme que sea tan franco- que aquí en esta reunión hay mucha gente que está a sueldo de los narcotraficantes y les está informando a los narcotraficantes qué está pasando en tiempo real", dijo Santos para asombro general.
Puede ser verdad o no lo que dijo, pero con su expresión involucró a mucha gente inocente. Todos quedaron bajo sospecha.
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