Ya ni bolas le para al que le grite ¡viejo… o que murmuren que está pasado de edad.
Hasta trajo el pasaporte e incluso superó con amplitud el carpograma (radiografía para conocer la edad ósea) a que fue sometido, para poder jugar el Ponybaloncesto.
A donde quiera que vaya con su equipo de Halcones de Buga llama la atención, no solo por su estatura, sino, lo más importante, por su calidad de juego.
Léider Wanderley Moreno Montaño tiene 13 años, mide 1.83 y pesa 79 kilos.
Un poste que salta a la vista por su color moreno y por esa estatura que sabe manejar con propiedad bajo la cesta.
Una cosa es verlo; otra es hablar con él, sobre todo cuando dice con propiedad que estudiará Medicina deportiva y que desea ser un jugador profesional de baloncesto.
El jovencito que le fascina hacer travesuras en los ratos de ocio y que despierta a sus compañeros parándoseles en las colchonetas, nació en Guapi, Cauca, fue criado en Cali y vive en Buga, donde el elenco tiene un club, Halcones, que debuta con acierto en el Festival de Festivales, por cuanto los varones y las damas buscan llegar a la final en sus respectivos torneos.
"Yo no le paro bolas a lo que la gente me grita. Mejor me quedo callado y no digo nada, porque sé que todo lo mío está en orden", relata, mientras sus compañeros de quinteto gozan al verlo hablar y a quien admiran por su seguridad, carisma y el goce que produce cuando baila.
"Yo soy un magnífico bailarín y me gusta la música que sea. Hay que motivar a la gente", dice en medio de risas y de una descomplicación que le es propia al integrante de los seleccionados del Valle del Cauca, quien ha lucido las camisetas de la mini, infantil y júnior.
Y ahí va con su tumbado, con clase, las rodilleras que le protegen las piernas y los oídos abiertos a los consejos, mas no a las críticas.
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