Una cifra escandalosa y escalofriante dio a conocer el Observatorio Departamental del Delito en Nariño, que revela que alrededor de cinco mil mujeres colombianas son víctimas del trato de blancas en la frontera, siendo Ecuador su destino final.
En el país vecino son explotadas como trabajadoras sexuales, o terminan involucradas en el negocio de la mendicidad. Más preocupante aún, es que no sólo las mujeres caen en la redes de delincuentes inescrupulosos que les prometen mejorar sus condiciones de vida, sino que también los niños terminan siendo usados, violentándoles todos sus derechos.
Según el informe de Luis Alfonso Cabrera, coordinador departamental del observatorio, el 60 por ciento de las mujeres proceden de Medellín mientras que el restante 40 por ciento son de Cali, Bogotá, Pereira y Manizales.
Las investigaciones parciales por parte de las autoridades colombianas muestran que, al parecer, existe una red internacional conformada por colombianos y ecuatorianos que recluta a sus víctimas en varias ciudades del país, y las reubica en zonas como Tulcán, Quito, Guayaquil, Esmeralda, Santo Domingo de los Colorados y la provincia de Sucumbíos en Ecuador.
En diálogo con EL COLOMBIANO, Cabrera afirmó que de diciembre de 2008 a mayo de 2009 recibieron en Nariño a 31 mujeres colombianas rescatadas de casas de prostitución por la policía de inmigración del vecino país y repatriadas. De esas 31 mujeres, según el funcionario, 15 eran de Medellín.
Sobre los métodos que utilizan para engañarlas, Cabrera advierte que ellas conocían parte de lo que harían en Ecuador.
"Les ofrecían ganar exageradas sumas de dinero en dólares por lo que aceptaron viajar", asegura.
En suelo ecuatoriano, sin embargo, se encontraban con una realidad distinta en la que inicialmente llegaban con una deuda de 200 a 300 dólares que les cobraban los dueños de los prostíbulos por el transporte, la alimentación y presuntamente por los documentos para poder trabajar en Ecuador.
"Nada de esto les entregaban en realidad", agregó Cabrera.
Sumado a la violencia, el narcotráfico y la trata de blancas que se da en la frontera de Colombia y Ecuador, las autoridades del vecino país aseguran que han otorgado más de 18 mil visados a colombianos para dar refugio a aquellos que intentan huir del conflicto armado.
La dura realidad
Una de las tantas historias sobre esta problemática, fue la de Marisela*, una mujer oriunda del municipio de Puerto Caicedo en Putumayo que abandonó la región por los problemas de orden público. Varios de sus familiares cayeron en el fuego cruzado entre paramilitares, ejército y guerrilla.
Los últimos cuatro años de su vida los pasó trabajando en burdeles ilegales de Ecuador, con documentos falsos y aguantando los malos tratos de sus patrones.
Hoy, gracias a una acción conjunta de las autoridades de la zona y las informaciones que tenían por parte de investigadores colombianos, muchos de esos burdeles fueron clausurados y Marisela recibió ayuda para el proceso de repatriación que está en curso.
Sin embargo, según la misma mujer, conoció a otras en igual situación y cada vez llegaban más para engrosar la lista de este tipo de establecimientos, en los que ni siquiera tenían las mínimas precauciones sanitarias.
Ella reconoce que si no hubiera sido detenida, jamás se habría acercado a las autoridades para buscar ayuda.
"Uno tiene miedo por lo que dicen, que lo meten a la cárcel", comenta Marisela.
A pesar de que sabe que no va a ser fácil comenzar de nuevo en Colombia, cree que es el momento de alejarse de todo ese mundo y contar su historia para que otras mujeres reflexionen y no se dejen engañar.
Carlos Arroyo, quien se desempeña en el departamento de recaudación fiscal de la provincia de Esmeralda, afirma que como es un sitio turístico, allí funcionan de manera legal más de 60 establecimientos dedicados a la prostitución.
No obstante, indica que tiene conocimiento de otra cantidad aún no establecida de este tipo de lugares que ejercen sin licencia.
Las cifras a nivel mundial muestran que el problema no sólo es relativo a las fronteras colombianas. Por ejemplo, el Departamento de Estado de E.U., estima que cada año 800 mil mujeres, hombres y niños son víctimas de la trata de personas en el mundo, por cuyo delito los criminales obtienen unos 9.500 millones de dólares.
* Nombre cambiado a petición de la fuente
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6