A Lina Echavarría y Willington Ortiz, Cupido, el dios del amor, los flechó en plena competencia.
Cuando se conocieron ella era una principiante que buscaba la superación personal en la actividad física y él, uno de los destacados en la Selección de Antioquia que disputaba un torneo nacional en Bogotá.
Hoy, cuando ya pasaron 9 meses de noviazgo y tres años y medio de matrimonio, Lina es la única colombiana que ha logrado una medalla de oro en un Abierto Mundial de taekwondo y Willington es el entrenador que planeó la estrategia para alcanzar tal logro en Corea.
El cliché de que "el amor puede con todo" vuelve a imponerse y en un grado mayor, ya que gracias a que son esposos, Lina y Willington hicieron un préstamo por 14 millones de pesos para representar al país, así aún todavía deban el apartamento en el que construyen sus sueños personales.
"El nivel de Lina nos llevó a empeñarnos, porque estábamos seguros de que íbamos a la fija por la medalla de oro ante las mejores del mundo. Fue así como gestionamos un préstamo con Cotrafa y emprendimos vuelo", recuerda Willington, quien si no encuentra ahora el respaldo que le prometieron varias entidades, tendrá que responder con el sueldo que devenga como ingeniero administrador en la Universidad de Antioquia.
Consciente del detalle y el esfuerzo de su técnico, lo primero que hizo Lina cuando consiguió, el mes pasado, la presea dorada en la Copa Mundo (la única en los 30 años de desarrollo que lleva el taekwondo en Antioquia) fue decirle: "esta presea es tuya y te la regalo por lo bueno, lindo y paciente que has sido conmigo".
Ese detalle que Lina definió como "lo mínimo que podía hacer por el hombre que me entrena, me ama y se empeña porque cree en mí", fue calificado por Willington como lo máximo en su vida.
"En los 19 años que llevo en los poomsaes -fórmulas o figuras- nunca me había emocionado tanto. Ver que mi alumna y esposa era la mejor del mundo y me regalaba su medalla tocó las fibras de mi corazón y me ratificó que los esfuerzos valen la pena, aunque después tenga que pensar en cómo conseguiré la plata para pagar".
Una disculpa para amarse
Sensibles, soñadores y tenaces son estos jóvenes esposos paisas, que hacen parte del programa deportistas de élite apoyados por Indeportes Antioquia, y que llevan una relación que produce envidia de la buena.
"En las competencias se nos olvida que somos pareja, ya que primero está la responsabilidad y en eso Willington es muy exigente. Sin embargo, es lindo saber que tu esposo es el primero que está ahí cuando vos hacés las cosas bien o mal, ya sea para corregirte o felicitarte", señala Lina.
Según esta ex ajedrecista y estudiante de Sicología, quien paró en tercer semestre y continuará en 2010, el Día del Amor y la Amistad "es la disculpa perfecta para amarnos más y pasarla bien, así muchas veces nos coja en plena competencia".
Este sábado no tendrán que entrenar en la Liga, pero aprovecharán la ocasión, según Willington, para compartir con sus familiares y recordarles a sus amigos que "gracias al taekwondo que nos flechó hace más de cuatro años, llevamos una vida de pareja armoniosa y estamos en capacidad de ser un buen ejemplo social".
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