Lo que en el primer contacto más llama la atención es su diseño. Es más parecido a uno de los carros concepto que se aprecian en los salones del automóvil -que dan pistas de las tendencias de la industria-, que a uno de producción que por lo general, son menos radicales. Sin embargo, en esta ocasión Nissan, con el Juke, le apostó a formas más arriesgadas.
Toques diferenciadores
Detalles de diseño como esos cocuyos que puestos sobre el capó "engañan" y pueden pasar como el conjunto óptico principal, -ubicado más abajo, redondo-, son parte de este nuevo carro.
Adentro, una cabina justa en espacio para recibir a cuatro personas, para cinco ya es un poco limitada. Su altura, especialmente en las plazas traseras es precisa, personas por encima del promedio (más allá de 1.75 centímetros) ya pueden sentirse un poco estrechas.
Sus sillas delanteras en cuero con costuras rojas que le dan un toque deportivo y atractivo, ofrecen la sensación de una buena sujeción del cuerpo de sus ocupantes, para que no se muevan en exceso en tanto avanza el carro por la ruta especificada.
Aquí otro detalle: la consola del piso asemeja la figura de un tanque de motocicleta, sobre la que se apoya la palanca selectora de los cambios. Además, hay dos portavasos y el freno de parqueo o auxiliar.
Y aunque peca por la escasez de sitios y huecos para acomodar cosas, tiene a su favor una guantera de buen tamaño.
Los relojes de velocidad y tacómetro están frente al conductor tras el volante de forma visible y clara.
Llama la atención cómo en la parte baja de la consola central uno de los computadores de abordo, con seis botones, cumple una doble función: sirve como controlador sobre el climatizador y es el selector de los modos de manejo, tres que tiene el Juke: Normal, Sport y Eco.
Este sistema ofrece información sobre el desempeño en cada estilo. Aunque por su posición están un poco fuera de la línea de visión del conductor, este debe bajar levemente los ojos para estar atento a esta información.
Garra interna
No es necesario meter la llave en ningún interruptor para dar encendido, con tan solo llevarla en el bolsillo, pisar el pedal del freno y el embrague y oprimir el botón start, el Juke ya está listo para la marcha.
El vehículo cuenta con un motor de 1.600 centímetros cúbicos que ostenta un sistema de inyección directa de combustible y cuenta con turbocargador. Este conjunto que lleva la máquina a entregar 188 caballos de potencia, con alrededor de 1.500 kilos de peso en orden de marcha. Es decir, una muy buena relación de peso-potencia, con apenas 7.9 kilos que debe mover cada uno de los caballos.
¿El resultado? Un carro dinámico y ágil en cualquiera de los modos de manejo. Dinamismo que está apoyado en una caja de cambios mecánica de seis marchas (por ahora es la única versión en Colombia) bien escalonada, con recuperaciones óptimas entre marchas, que aprovecha desde muy abajo el par que entrega el carro. Además, una palanca selectora de movimientos cortos y precisa en la selección del cambio requerido.
Si bien sus formas son de una pequeña SUV, realmente es un automóvil, que cuenta sí con la ventaja de que su altura de la calle al piso del carro le permite transitar un poco más allá del asfalto, en superficies rizadas y con presencia de piedra suelta o caminos rurales livianos.
Su suspensión se comporta como la de un vehículo citadino, con un filtrado adecuado de las irregularidades de la vía, poca transmisión de ruidos a través del sistema y un buen soporte que permite exigir el carro en una conducción más deportiva.
Del vehículo hay pocas quejas al tomar curvas y con una trayectoria muy juiciosa en la que no se percibe subvirancias o sobrevirajes extremos, que saquen el carro de la ruta trazada. Una dirección obediente y comunicativa complementan la buena sensación de manejo que ofrece esta nueva y llamativa propuesta que la automotriz japonesa Nissan está ofreciendo en el mercado colombiano.
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