No sólo vienen con el chip para el manejo de la tecnología. Los niños de ahora traen como última novedad el del cuidado del medio ambiente.
Ana María Osorio Flórez, por ejemplo, lo tiene desde muy pequeña cuando pasaba los días en la finca de su abuelo, sin el entretenimiento del televisor y rodeada siempre de naturaleza.
Por eso desde noveno, cuando la llevaron a visitar universidades para conocer las carreras, tuvo claro cuál era su elección: Ingeniería Ambiental. Se matriculó en la U. de Medellín, donde la ofrecen desde 1995, un año después de que apareciera este programa en la Escuela de Ingeniería de Antioquia.
El ofrecimiento de las dos instituciones era la respuesta de la educación superior en la ciudad - en pregrados- a la formación en temas de protección de la naturaleza que los niños reciben desde el jardín escolar y continúa luego en la escuela y el colegio.
Otras dos instituciones que se unieron fueron la U. de Antioquia, que abrió Ingeniería Ambiental en 2008, y el Colegio Mayor, que lo hizo el año pasado.
Mirando más atrás, resulta que la formación en la ciudad sobre el tema ambiental tiene su historia. En la Facultad de Ingeniería de la U. de A. tienen maestrías sobre el tema hace 15 años, doctorados hace 5 y en 2008 se creó la Escuela Ambiental que agrupa las ingenierías Civil, Ambiental y Sanitaria.
Este último programa tiene 42 años y cerca de 1.200 egresados y por eso para Beatriz Wills Betancur, directora de la Escuela Ambiental, sería inexacto decir que estos temas son una novedad en la educación superior de Medellín. Para ella lo que ocurrió es que en algunas instituciones se cambió el nombre de Ingeniería Sanitaria por Ambiental para ofrecer una mixtura.
En el caso de la U. de A. decidieron mantener Sanitaria y crear la otra. Una razón es que el profesional de la primera se dedica a los problemas de saneamiento básico, que pueden ser más inmediatos y puntuales.
El ingeniero ambiental por su parte tiene una visión más macro y a futuro de los efectos nocivos sobre el medio ambiente. Un egresado de este programa, por ejemplo, estaría capacitado para prever y diagnosticar los problemas ambientales que puede generar una empresa.
Además de las ofertas de empleo que tienen en el sector público, resultan las que se han ganado en el privado como las dedicadas a la producción de alimentos, textiles y químicos. Porque así como los niños tiene el chip ambiental, algunas compañías empiezan a comprender que tienen que parar de dañar, reparar todo lo que se pueda y dejarle a los que vienen un sitio habitable y sano.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6