Derrotar la politiquería y la corrupción fue la meta que se propuso Álvaro Uribe cuando presentó su Manifiesto Democrático de 100 puntos, que contenía el programa de su campaña en 2002.
En él reunió muchas de las que habían sido sus banderas de trabajo durante su gestión como Gobernador de Antioquia, entre 1995 y 1997.
La más reconocida fue su insistencia en una Política de Seguridad Democrática, que permitiera que la fuerza pública no tuviera lugares vedados en el territorio nacional.
Reiteró que "todo niño que abrazara un instrumento no empuñaría un arma" y que por eso era importante impulsar el plan de escuelas de música y bandas.
Algunos proyectos se quedaron en el tintero, dado que el Referendo contra la Corrupción y la Politiquería realizado el 25 de octubre de 2003 no obtuvo los votos requeridos.
Por eso, no pudo cumplir su promesa de reducir el Congreso a una sola cámara y desaparecer las contralorías municipales y departamentales para invertir esos recursos en salud y educación. Claro está que advirtió que el suyo sería un gobierno "serio, eficaz, honrado, pero no milagroso".
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6