Fue la primera en llegar. A su lado estaban sus sobrinos y la mamá Zenaida. Adriana Rendón celebró el viaje de su hermanita Ana, quien está a horas de empezar su sueño en Londres.
“Ana es tan importante en la familia como yo, como mi hermana Mónica, como mi mamá, como sus sobrinos porque al final de cuentas somos una sola. La apoyamos, sentimos cada competencia, nos emocionamos mucho por la clasificación, y seguiremos paso a paso, como siempre, sus competencias”, dice Adriana, quien también vivió la alegría de estar en un desfile olímpico.
Adriana, la hermana mayor que estuvo en Sydney-2000 empuñando una pistola de aire de 25 metros, le pasó el testimonio a su hermanita, así fuera en forma de arma.
Ana María vivió los Juegos de Pekín-2008 con un arco, como integrante de un equipo, y ahora lo repetirá en Londres, como la única mujer en la competencia individual. En 2000, cuando Adriana estuvo, ambas disciplinas pertenecían a la misma Federación. Hoy, pese a la experiencia, que en pocos momentos pasará a ser más grande en la hermana menor, Adriana siente que debe decirle algo más.
“Es una guerrerita, conectada con la disciplina y la constancia; está en su mejor momento, tiene grabado lo que debe hacer. Le digo que tenga concentración y fuerza para aguantar la tensión; control para saber si hay alguna falla y corregirla de inmediato; felicidad y ganas para que las cosas salgan como se las propuso; es la mejor”, anota la mayor de las Rendón Martínez, quien se quedó corta en su intención de clasificar a los Juegos de Londres, aunque no desfallece y se mantiene en prácticas, tanto como entrenadora, como deportista.
La relación está por encima de todo. Pese a que Adriana hizo su vida hace varios años y ya tiene a su familia con Miguel y María José como hijos, nunca se han despegado de Ana María, quien ayer llegaba a Londres luego de un paso por Bulgaria. Ahora, la convicción entre las hermanas Rendón es una sola: “Ana es la mejor, por eso está entre las mejores del mundo”.
Herencia en el agua
El apellido De Angulo es raro en Colombia y más en la natación. Por eso, si se habla de Mateo, el nadador que estará en unos pocos días en Londres, se tiene que pensar en Olga Lucía, la adolescente que estuvo en México.
Mateo, un fondista de las aguas, que entró casi con el último esfuerzo a los Olímpicos, es sobrino de Olga Lucía, la mujer que tiene el récord de participación más precoz para Colombia, con sus 13 años en los Juegos de México-68, también entre piletas. Pero esa sangre histórica no fue la que llamó al varón nacional.
“Llegué a la natación por accidente. Sí crecí viendo los logros de mi tía, pero no me llamaba la atención, a mí me gustaba el fútbol. Cuando tenía siete años fui a una fiesta de patines, me caí, me quebré el brazo derecho y la recomendación del médico fue que practicara natación”, fueron las palabras de Mateo a Colprensa, en su reciente viaje a Cali, su ciudad natal.
Olga Lucía, quien tuvo su punto más alto en los Bolivarianos de 1970 con 10 oros, murió en febrero 8 de 2011. Su sobrino, hijo de su hermano Eduardo, sigue ese camino, y ya tiene las metas para Londres. “Si logro bajar mis tiempos en los 400 metros habré cumplido y lo habré hecho con mi familia”.
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