La Policía de Venezuela está sufriendo de paranoia y ya no sólo se dedica a investigar a los delincuentes de su país sino que va tras simples turistas cuyo único pecado consiste en haberles encontrado unas fotografías relacionadas por dichas autoridades con espionaje.
Lo más grave es que se ha privado de la libertad a un grupo de colombianos, entre ellos a varios de una misma familia, y no ha valido ningún tipo de explicación, lo que podría llevar a que continúen detenidos, al menos, un mes.
La acusación es aparentemente pueril. Se basa en el decomiso de una cámara en la que había una foto de una antena, supuestamente del Servicio Bolivariano de Inteligencia, y en un carné de la Cuarta Brigada, donde uno de los turistas trabajó de médico. ¡Definitivamente, el régimen chavista no conoce de límites!
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