x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

LOS PARTIDOS SON FUNDAMENTALES PARA LA DEMOCRACIA

  • LOS PARTIDOS SON FUNDAMENTALES PARA LA DEMOCRACIA |
    LOS PARTIDOS SON FUNDAMENTALES PARA LA DEMOCRACIA |
01 de febrero de 2014
bookmark

Hay una afirmación recurrente: la democracia requiere partidos políticos. Pero, ¿cualquier tipo de partido político? ¿Son los partidos políticos colombianos los que necesita nuestra democracia? Esta es una premisa que requiere una seria reflexión, pero igualmente se necesita una acción del sistema político y de sus actores si queremos que efectivamente mejore la calidad de nuestra democracia.

Es verdad que el bipartidismo liberal-conservador jugó un papel importante en la construcción de nuestro Estado-Nación en el siglo XIX, pero también contribuyó a incubar muchos de nuestros problemas, especialmente la tendencia al uso de la violencia para conseguir objetivos políticos. Pero no hay duda que durante el periodo del Frente Nacional, que fue una buena terapia para la violencia entre liberales y conservadores, fue dañino para los partidos políticos cuando empezaron a desdibujarse ante la opinión de los ciudadanos y especialmente comenzaron a verlos solo como aparatos electorales clientelistas y sin reales diferencias político-ideológicas. Después de la Constitución de 1991 y como una reacción contra los partidos, empieza un proceso de proliferación de micropartidos que llevaron a una fragmentación extrema de la representación política. La reforma constitucional de 2003 buscó crear un marco legal para agrupar y fortalecer los partidos políticos, pero realmente tener de nuevo un sistema de partidos políticos creíbles requiere mucho más que reformas normativas.

En general los partidos políticos en la hora actual no generan mayor entusiasmo, ni identificación en los colombianos y menos en la población joven, que sería la población objetivo a seducir, porque todos los perciben lejanos, atrapados por maquinarias que no reflejan los intereses ciudadanos y especialmente permeados por prácticas clientelistas y corruptas –más allá de si esto es verdad o no-. Desafortunadamente siguen atrayendo a un segmento de los ciudadanos más las propuestas personalistas o caudillistas, que los partidos políticos.

La relación de los partidos políticos con los jóvenes debería ser una preocupación fundamental para los líderes de los partidos. En pocos momentos de la historia colombiana reciente podemos decir que ha habido una sintonía entre los partidos políticos –independiente de su orientación política o su color- y los jóvenes, lo cual es más acentuado en los partidos tradicionales que en los de izquierda o en otras opciones –partidos nuevos o de influencia religiosa-. Los jóvenes, además de lo anterior, los ven anquilosados, no especialmente por la edad cronológica de sus dirigentes, aunque también, pero sobre todo por la "vejez" de sus prácticas, de sus propuestas y los perciben como demasiado institucionalizados y esto es para los jóvenes sinónimo de lo que no debe hacerse.

Los partidos políticos deben ser más audaces para atraer a los ciudadanos y especialmente a los jóvenes y acompañarlos en sus propuestas que tienden a ser menos ideologizadas, defensoras de la diversidad, de distintos proyectos de vida, de la defensa de los animales y por supuesto en sus luchas –algunas los escandalizan y atemorizan-; por consiguiente la mayoría de jóvenes, de por sí incrédulos de la política e indóciles frente a lo institucional, ven los partidos como el aparato por excelencia para reproducir el statu quo.

Los partidos políticos tienen un desafío grande y además una responsabilidad para mejorar la calidad de nuestra democracia. Deben ser serios en sus programas, cumplir adecuadamente su función de representantes de sectores de opinión, ser capaces de tener un funcionamiento interno democrático en su estructura de dirección y conducción, las convenciones no pueden ser espacios para impedir que se expresen las opiniones divergentes, pero tampoco simplemente para ratificar lo que ya se acordó en conciliábulos.

Las democracias no han podido inventarse un mecanismo de participación que sustituya el rol de los partidos y por lo tanto todos debemos preocuparnos por mejorar su calidad.

Te puede interesar

¿Buscando trabajo?
Crea y registra tu hoja de vida.

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD