Solo basta una guitarra, un bajo, una batería y mucha energía para mover a los jóvenes de Medellín. Como sucedió ayer en el concierto de la juventud realizado en la Carpa Cabaret, ubicada en el Parque Juan Pablo II.
Parecía un carnaval, la parte más agitada de un buen partido de fútbol; cada canción era gritada y coreada como el mejor de los goles. La mejor muestra que no se necesita de un caballo o una fonda para pasar bueno en la Feria de las Flores.
A las dos era la cita. Decenas de jóvenes, adornados con camisetas por lo general oscuras, de banderas y de muchos ánimos, se enfilaron en la entrada del Parque Juan Pablo II.
Entonces vino lo que podría ser el primer tiempo: Parlantes y Mojiganga. Fue un espectáculo de movimiento, energía y coreada de canciones que hicieron temblar la enorme carpa azul instalada para esta semana de feria.
Al final, los jóvenes quedaron exhaustos, con el pelo húmedo del sudor, buscando aunque fuera una gota de agua porque el gasto de adrenalina superó las expectativas.
Entonces, después del entretiempo, salieron Sebas Mejía y su banda, Tres de Corazón y la histeria colectiva se tomó el lugar. Manos arriba, banderas agitándose, gritos desesperados. Una fiesta total.
"Me encanta estar de nuevo aquí, en mi ciudad, y con mi gente", gritó varias veces Sebastián. Pero lo mejor estaba por venir. Para darles una entrada de grandes, Sebastián invitó a los miembros de Doctor Krápula al escenario y a otros artistas.
No sobra decir que la Carpa Cabaret se quería venir abajo. Y así siguió la tarde hasta entrada la noche, en este espacio en el que cada año se dan cita los jóvenes para que disfruten sin tanto poncho, sombrero y música de fonda. ¡Que viva el rock!
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