Medellín se prepara para recibir el refuerzo de 2 mil policías y espera que su llegada contribuya a mejorar el clima de seguridad que tuvo un leve deterioro, según la Encuesta de Percepción Ciudadana, revelada el fin de semana por Medellín cómo vamos.
Esta preparación incluye compra de motocicletas, patrullas y equipos de comunicación, de manera que con los nuevos agentes, apoyados por los elementos logísticos necesarios para su trabajo, se amplíe el número de cuadrantes, que pasaría de 198 en la actualidad a 400 el próximo año.
Al mismo tiempo, la Administración Municipal ha invertido cuantiosas sumas de dinero tanto en seguridad como en convivencia. En 2013, el presupuesto para la Secretaria de Seguridad fue de 84.100 millones de pesos y para 2014 se programan 172.000 millones de pesos.
Un primer grupo de mil agentes son esperados en los próximos días para reforzar la seguridad en Navidad y Año Nuevo. Los otros mil llegarán en marzo del próximo año.
Hay una gran confianza en que el Gobierno cumpla sus promesas y que además sean agentes permanentes. En los últimos años, el refuerzo policial se ha hecho por meses o circunstancias, pero después se los llevan, de manera que la ciudad queda desprotegida una vez pasa la coyuntura especial, pues no dispone sino de unos 3 mil policías por turno.
Por eso, y contando con esa permanencia, la principal tarea de este refuerzo policial será la de fortalecer el Plan Cuadrantes, que será duplicado. El propósito del gobierno local es contar con áreas más pequeñas para los cuadrantes, sobre todo en las zonas con mayor criminalidad, como el centro de la ciudad.
La operación por cuadrantes es una estrategia originada en el Plan nacional de vigilancia comunitaria de la Policía Nacional, diseñado cuando el general Óscar Naranjo era el director general.
Se convirtió desde entonces en el eje fundamental del Gobierno Santos para cumplir sus metas de reducir las cifras de criminalidad y mejorar la percepción de seguridad. Y, sobre todo, atender el reclamo ciudadano de mayor presencia policial y tener una respuesta oportuna y eficiente, tanto en las labores de prevención y disuasión, como de reacción.
La falta de agentes -algo que la ciudad espera superar- ha impedido que esta estrategia tenga un mayor reconocimiento por parte de los ciudadanos, a partir de la interacción y cercanía con la comunidad.
La percepción de seguridad está identificada como la única variable estratégica para mejorar la satisfacción con Medellín como un buen lugar para vivir.
Como lo concluye Medellín cómo vamos, es además uno de los asuntos a los que la administración municipal le debe prestar mayor atención.
En este año, según la encuesta de percepción, las condiciones de seguridad permanecieron estables para los barrios pero desmejoraron para la ciudad en su conjunto.
Sin embargo, el barrio se ha convertido en el mejor termómetro para valorar esa percepción de seguridad y lo que los residentes están demandando para su entorno inmediato tiene que ver precisamente con mayor presencia policial, mayor capacidad de reacción de las autoridades y mayor cercanía mediante los Centros de Atención Inmediata (CAI).
Pero claro que esto no basta sin el necesario complemento de la inversión social en esos mismos barrios, para generar oportunidades para los jóvenes, y ante todo, con que se imparta pronta justicia, pues de nada sirven más policías, sin el acompañamiento de fiscales y esa es otra deuda que el Estado tiene pendiente con Medellín.
SE REQUIERE UNA ESTRATEGIA COMBINADA QUE TENGA EL SER HUMANO COMO CENTRO
Por FERNANDO QUIJANO
Director de la Corporación para la Paz y el Desarrollo Social (Corpades)
Mayor número de fuerza pública no es sinónimo de seguridad. Un ejemplo de esto es la comuna 13, una de las zonas más vigiladas de Colombia.
El anuncio de que llegarán 2.000 policías a reforzar cuadrantes, nos lleva a preguntar es si estos son efectivos. Y la pregunta viene porque en cada barrio hay dos o tres ollas de vicio y extrañamente en espacios de los cuadrantes. Donde están las bandas hay presencia de cuadrantes, de CAI periféricos, estaciones de Policía.
La estrategia de seguridad, ¿será un asunto de mayor número de efectivos o de afinar procedimientos? Hay una percepción generalizada de que la seguridad no está funcionando. Entonces por qué no pasar a una estrategia de seguridad que sea integral: desmantelar estructuras criminales y cerrar la brecha de la pobreza en la ciudad. Una estrategia combinada en todos los aspectos: social, policial, militar, de justicia.
Y lo otro que hay que plantear claramente es que mientras exista la nómina paralela, mientras un sector de la institucionalidad esté pagado por las estructuras criminales, sea cual sea, obviamente cualquier estrategia de seguridad no va a funcionar porque siempre el crimen va a tener protección oficial. Y también hay que preguntarse qué papel cumplen la inteligencia de policía y militar. Para nosotros ha fracasado y esta es una tarea pendiente.
No sé si lo indicado sea gastar más recursos en una estrategia que no está funcionando o mejor enfocarla en un tema de seguridad integral, poniendo al ser humano en el centro de las políticas públicas.