Llame a cualquier farmacia y haga el ejercicio: pregunte por un medicamento denominado ciprofloxacino. Le ofrecen una caja de 10 unidades de Ciprofloxacina, de laboratorio La Santé, por 3.800 pesos. O le ofrecen Cipro, de Bayer, la caja de seis pastillas a 75.000 pesos.
Lo que pasa con este "antibiótico sintético bactericida, derivado fluorado del grupo de las quinolonas", pasa con muchos otros medicamentos. La marca de un laboratorio, generalmente multinacional, se vende tres, cuatro, o hasta 20 veces más costosa de lo que producen los laboratorios nacionales en medicamentos genéricos.
Para muchos expertos eso es inaudito. Para otros, es el resultado de que algunos laboratorios adelantan intensos procesos de investigación y biotecnología antes de producir un medicamento.
En el universo de la industria farmacéutica, este es solo uno de los asuntos de debate. Lo que pasa es que el tema cobró importancia ahora, en medio de la tempestad informativa y de opinión que ha generado la reforma al sistema de salud promovida por el Gobierno, bajo el estado de Emergencia Social.
Otro tema espinoso es el de las patentes. Cuando un laboratorio tiene la patente o protección de datos sobre determinado medicamento, eso significa que no hay más opciones. Se usa ese producto o el paciente corre el riesgo de perder la vida.
Pasa con un medicamento de laboratorio Abbot, denominado Kaletra. Se trata de un antiretroviral, inhibidor de la proteasa, usado en pacientes con VIH-Sida.
El presidente de la Asociación de Industrias Farmacéuticas Colombianas (Asinfar), Alberto Bravo, aseguró que este producto se vende en Colombia más caro que en cualquier país de América Latina. "Hace ocho meses unas ONG pidieron la licencia para la producción de Kaletra pero el Gobierno consideró que no había lugar. Dijeron que iban a revisar el precio y a la hora de hacerlo encontraron algo vergonzoso: en el mercado institucional el producto era más caro, promedio año, a casi 4.000 dólares, mucho menor al del mercado privado".
Bravo indicó que la Comisión de Precios de los Medicamentos divulgó una circular para reducir el precio y estableció que para la distribución privada quedara a 1.600 dólares y para la institucional a 1.000.
"Sin embargo, ellos han desafiado todas las instancias y no acataron esta orden. Creo que por este tipo de comportamientos se debería, por lo menos, cancelar la licencia", dijo el directivo.
A ese tipo de situaciones obedecía la contrariedad del presidente Uribe cuando aseguró que iba a tomar medidas para efectuar un control de precios a esta industria.
Alberto Bravo comenta que eso ayuda, pero lo que más contribuye a que exista un control adecuado de precios, es la libre competencia. Y agrega que la industria nacional tiene todo: investigación, calidad, efectividad, para ofrecer en el mercado lo que los usuarios necesitan: salud a precios razonables.
En ese orden de ideas, tanto el gremio como los gerentes de dos laboratorios en Medellín (Laproff y Lister), piden que el Gobierno actúe rápidamente.
El Observatorio del Medicamento en Colombia presentó en septiembre de 2009 un informe que revela que las ventas de siete productos representaron el 22 por ciento de los recobros al Fosyga en 2008, para un total superior al 1,1 billones de pesos. "Una selección de tres laboratorios (Roche, Abbot y Novartis) reportaron ventas por 247.916 millones de pesos, con solo siete medicamentos considerados 'éxitos mercadotécnicos'".
Las fuentes consultadas para este informe coinciden en que, ahora, el balón está en la cancha del Ministerio de la Protección pues se trata de un asunto de control y eficiencia que corresponde al Gobierno.
EL COLOMBIANO intentó en repetidas oportunidades comunicarse con el viceministro de Salud, Carlos Ignacio Cuervo, pero el funcionario no estuvo disponible.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6