El asesinato de Luis Murcia Chaparro, jefe esmeraldero en Boyacá, representa un campanazo de alerta para ese departamento, en donde nadie quiere que se escriba otro capítulo de la denominada "guerra verde".
La muerte de Víctor Carranza, el "zar de las esmeraldas", en 2013, dejó la zona sin un mando visible y hay amagos de anarquía y agresiones entre los dueños del negocio.
Murcia, apodado "Pequinés", era otro de los líderes históricos y se teme que este asesinato desate venganzas y muertes. El Gobierno debe impedir que esta "guerra avisada" lleve sangre y miedo a la región
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