x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

Mujer irreverente vale por dos

  • Diego Aristizábal | Diego Aristizábal
    Diego Aristizábal | Diego Aristizábal
12 de octubre de 2011
bookmark

Esta semana conocí a una mujer encantadora. Me la presentó Françoise Giroud de manera escueta pero alucinante. Apenas unas cuantas palabras sobre ella y de ella fueron suficientes para caer rendido, más que a su eterna belleza, a su enorme inteligencia libre e independiente que también cautivó al pobre Nietzsche, a su amigo Paul Rée, al poeta Rilke, a Freud y a todo aquel que se le acercara para disertar sobre cualquier tema que no fuera precisamente el amor.

Lou Andreas Salomé nació en San Petersburgo en 1861 y apenas pudo pensar y hablar, su madre sintió el mismo dolor de cabeza que sienten las madres cuando su hija no es convencional: no sueña con casarse, o no es su prioridad, quiere estudiar, ser independiente, vivir, hablar con los hombres de tú a tú sin que la vean como un objeto exclusivo del deseo. Eso lo supo su pobre madre cuando, además de querer matricularse en la Universidad de Zurich, una de las primeras en admitir mujeres estudiantes, quiso convivir en una misma casa de tres habitaciones con dos hombres, nada más y nada menos que Nietzsche y su amigo Rée, para hablar de filosofía, de especulaciones metafísicas, del misterio de la vida y de Dios, tema que siempre la mortificó. Ante ese deseo imposible de cumplirse se preguntará la bella Lou: "¿Qué les pasa a estos hombres, incapaces de amistad, sí, de amistad simplemente?".

Desde luego será juzgada por la sociedad que no entiende su comportamiento, pero ella rechazará aquellos que la critican y haciendo valer su "yo" los cuestionará. "Nosotras" no podemos hacer esto o lo otro, "nosotras" debemos obrar de tal o cual forma y, sin embargo, no entiendo a quién se refieren al decir "nosotras", dice. "Yo, por mi parte, sólo sé de "mí", ni puedo ajustarme a un modelo ni ser modelo para nadie; pero puedo, eso sí, formar mi propia vida a mi manera y esto es lo que voy a hacer, cualquiera que sea el resultado. No represento ningún principio, sino algo más maravilloso, algo que uno lleva adentro, algo vivo, cálido, que grita de alegría y que pugna por salir".

Así pensaba Lou, quien fue una mujer libre sin caer en los extremos del feminismo tan de moda en aquella época, especialmente en Berlín, y quien apenas conoció a Freud en 1912 cuando se celebró el III Congreso de psicoanálisis en Weimar, primera manifestación pública del grupo, le dijo sin vergüenza a Freud: "Quiero aprender psicoanálisis". Desde entonces la ya madura pero siempre cándida Lou Andreas Salomé se sentó al lado del maestro en las famosas reuniones de los miércoles en Viena donde, incluso, como demostración de esa "inteligencia temible", que le atribuyó Freud, discutirá con firmeza algunas de las posiciones del propio maestro. "Nunca cederá, por ejemplo, en el tema del narcisismo, un punto sobre el que sostiene una opinión totalmente contraria a la de Freud", recuerda Françoise Giroud.

Mujer idílica esta que dice la "leyenda" no se le entregó físicamente a ningún hombre hasta antes de cumplir 35 años, después, tuvo un extraño matrimonio y muchos amantes; sin embargo, ninguno pudo poseerla del todo porque la rusa, que tantos desearon, fue simplemente una pionera en el arte de ser ella misma. Sólo por esto vale la pena conocer esta mujer.

Te puede interesar

¿Buscando trabajo?
Crea y registra tu hoja de vida.

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD