La población del Nordeste antioqueño y parte de Santander pueden descansar de extorsiones, amenazas e intentos de reclutamiento forzado de los que era víctima por parte de alias "Nicolás", el jefe de las Farc abatido en combate el martes.
El jefe guerrillero cayó en combates con tropas de la XIV Brigada en zona rural de Simacota (Santander) y es el más reciente de los dirigentes ilegales muertos este año.
Alias "Nicolás" era, según el Ejército, el jefe de la unidad sur del bloque Magdalena Medio de las Farc y era considerado por las autoridades como una amenaza para la seguridad en el Nordeste antioqueño.
Según el coronel Juan Carlos Barrera, comandante la XIV Brigada, Luis Humberto Meza Palacio, alias "Nicolás", comandaba desde hacía dos años el frente 12 de la unidad sur del bloque Magdalena Medio. Y desde enero de este año, asumió también como jefe de esta unidad.
"Se convirtió en una amenaza para los habitantes de la región, extorsionaba a los ganaderos y finqueros", aseguró el oficial, quien agregó que su baja es una pérdida para las Farc, dado que "era un guerrillero con mando y 17 años en el grupo".
Antes de su llegada a Santander, "Nicolás" se movió en los municipios de Remedios y Segovia, zona donde llegó a ser jefe del frente 4 de las Farc. Durante su permanencia allí, cobraba "vacuna" a ganaderos, comerciantes, mineros y madereros.
Con este golpe, según el coronel Barrera, el frente 12 queda diezmado y sin comandante. A eso se suma la muerte en combate, el pasado 15 de septiembre, de alias "Alonso", segundo al mando de la compañía mixta Raúl Eduardo Mahecha y cinco guerrilleros más.
Según el comando de la Decimocuarta Brigada, con estas bajas esta estructura del grupo ilegal "está casi desmantelada".
Incautan explosivos
En otra acción desarrollada en zona rural de Remedios, el Ejército incautó en la mañana de ayer un cargamento con 3.300 barras del explosivo indugel, 2.800 cápsulas ineléctricas y 1.400 metros de mecha.
El destino de los explosivos, según fuentes militares, era el frente 4 de las Farc. En el operativo fueron capturadas dos personas que transportaban el cargamento en un vehículo de carga.
Con este decomiso se evitan varios atentados terroristas, indicó el comandante de la Decimocuarta Brigada. "Son unos 500 kilos de explosivos, suficientes para derribar torres y puentes, elaborar minas y atentar contra la fuerza pública", advirtió el coronel Barrera.
Las autoridades investigan un posible caso de desvió de este explosivo de uso industrial, por alguna empresa, pues el indugel decomisado proviene de Indumil.
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